El Arosa visita este domingo (16.30 horas) a un Alondras que es noveno con 22 puntos, por lo que está a 8 de los puestos de play-off. Empezó mal la liga, con una sola victoria en los primeros siete partidos. A partir de entonces reaccionó, pero su escalada se vio frenada con las últimas derrotas ante UD Ourense y Arteixo. Pese a todo, en su campo de O Morrazo, de hierba sintética y muy desgastado donde el bote del balón es muy vivo, ha ganado cuatro de sus ocho encuentros. 

En el club de Cangas ha habido movimientos en el parón navideño. Róber Carril se fue al Fursan Hispania de Míchel Salgado y Pablo Coira en Dubái. Además, el central Mati Delicado sufrió una grave lesión en el ligamento cruzado en el último partido. Por lo que el experimentado Aitor Aspas, procedente del Beluso, llegó esta semana a Cangas para reforzar la banda izquierda. 

Salgueiro sigue lesionado y el equipo morracense está empezando a recuperar efectivos, algo que lastró su rendimiento en la primera vuelta. “Tuvimos muchas lesiones, hasta ahora no se pudo ver el nivel que podemos tener”, explica el técnico Gonza Fernández. “Sólo hubo tres o cuatro semanas en las que estuvimos el 80 % de la plantilla disponible. Ahora estamos recuperando gente y esperamos ser más regulares”. Con el Alondras se contaba para pelear por el play-off en verano, pero de momento está lejos. Gonza dice que “en ningún momento nos planteamos nada de eso”, a la vez que advierte que “esto es muy largo y todo el mundo tiene su bajón, nosotros estamos centrados en recuperar gente y a partir de ahí seremos más regulares y competiremos mejor”.

Sobre el Arosa, el entrenador local dice que “si no es la mejor plantilla, es una de las mejores”. Destacando que “es un equipo llamado a ascender directo, empezó mal pero ahora ya está en una buena dinámica y para ganarle tienes que hacer muchísimas cosas bien”. El Alondras considera clave que los vilagarcianos “se sientan lo más incómodos posible, este campo es incómodo para todo el mundo, para nosotros también, pero en casa queremos hacernos fuertes y que ellos no estén cómodos ni aparezcan sus individualidades, tenemos que hacerlos sufrir con balón y ataques para que se sientan amenazados”.