Celebrar San Valentín a remojo: así es el turismo termal en Galicia

Celebrar San Valentín a remojo: así es el turismo termal en Galicia
Una pareja en un balneario.

Se acerca San Valentín y son muchos los que buscan opciones de escapadas para celebrar en pareja. Una de los opciones preferidas por los enamorados es, sin duda, el turismo termal. Balnearios y talasos ofrecen la posibilidad de vivir unos días de descanso y relax, ya sea en el centro de las ciudades o en zonas rurales o de mar. Galicia cuenta con numerosas opciones para el turismo termal.

 

Oferta termal única

 

La oferta de turismo termal de Galicia destaca como una de las principales a nivel nacional y europeo. Nuestra comunidad se ha consolidado como un paraíso termal en España, con más de 300 manantiales que la posicionan como una de las regiones europeas más ricas en aguas minerales y termales. Una oferta que supone el 20% de toda España y que aporta cerca de 3.000 plazas de alojamiento.

 

El agua del mar también ofrece importantes beneficios, a través de los talasos. Además del agua marina, los tratamientos con algas, barros y sales marinas, combinados con productos como el vino o el chocolate, brindan una experiencia estimulante en este tipo de establecimientos.

 

Además de la cantidad de balnearios y talasos que concentra Galicia, destaca su diversidad. Esto permite que cada cliente encuentre el que mejor se ajuste a sus necesidades, preferencias o presupuesto. Desde modestos balnearios tradicionales ideales para tratar afecciones específicas, hasta los más modernos, que ofrecen tratamientos de relajación, estética o salud. También se pueden combinar estas experiencias con la apreciación de la naturaleza, la práctica de deportes al aire libre y, por supuesto, la degustación de la gastronomía local.

 

Tradición y futuro

 

Los balnearios gallegos tienen una extensa tradición como centros terapéuticos, de relajación y de ocio. De hecho, las aguas termales de la región ya eran apreciadas por los romanos en tiempos pasados. Durante la época dorada del termalismo, que abarcó desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX, los afamados balnearios de Galicia se transformaron en destacados centros sociales que atraían a lo más selecto de la sociedad.

 

En los últimos años, los balnearios han experimentado un renacimiento. Muchos han recobrado su esplendor al incorporar instalaciones de vanguardia, atrayendo así a una audiencia más joven. Esta nueva clientela, además de buscar los beneficios terapéuticos tradicionales, anhela días de tranquilidad y cuidado, respaldando la noción de que no es necesario estar enfermo para disfrutar de un balneario. Otros balnearios, de construcción más reciente, han emergido de la mano de hoteles de cuatro y cinco estrellas.

 

La Xunta de Galicia ya ha anunciado que en 2024 dará un papel protagonista al turismo termal, con la puesta en marcha de ayudas específicas que reforzarán la oferta y las infraestructuras. Se hará a través del “Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Vilas Termales y Cascos históricos”, que se ejecutará a partir de este año a través de los fondos europeos Next Generation. 

 

Además de su rica oferta termal, Galicia integra estos espacios con su cultura y entorno natural de manera excepcional. Los balnearios y talasos no solo son centros de bienestar, sino también puntos de encuentro cultural y social. Actividades como visitas guiadas a monumentos históricos, rutas de senderismo por paisajes naturales y degustaciones de vinos y productos locales, complementan la experiencia termal. Esta combinación de relajación, cultura y naturaleza atrae a un público diverso, desde aquellos interesados en el bienestar físico y mental hasta los amantes de la historia y la gastronomía.
 

Celebrar San Valentín a remojo: así es el turismo termal en Galicia

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