11º-17º
martes | 14 mayo | 2024
Los miembros del jurado popular decidieron de forma unánime declarar culpable de asesinato al hombre acusado de matar a su suegra en A Coruña en agosto de 2017. Una vez tomada esta decisión, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) deberá definir cuál será la sentencia que deberá cumplir el hombre, para el que la Fiscalía reclama una pena de 20 años de cárcel, mientras que la acusación particular solicita la prisión permanente revisable y la defensa solo admite que cometió un delito por imprudencia y no un asesinato.
En la última sesión del juicio contra el hombre acusado de matar a su suegra –celebrada antes de tiempo porque el proceso judicial se adelantó un día con respecto al calendario previsto–, la acusación particular de las hijas de la fallecida elevó su solicitud de pena de 25 años a prisión permanente revisable. Por su parte, la Fiscalía mantuvo la petición de 20 años de encierro penitenciario por un delito de asesinato, mientras que la defensa reclamó que al acusado solo se le impusiese una condena por un delito de homicidio imprudente.
Después de que la Fiscalía reprochase al procesado haber proferido “una sarta de mentiras” en su declaración, empezando por “mentir” sobre la causa de la muerte de la víctima, de 73 años quien, basándose los informes forenses, falleció por asfixia al ser estrangulada, el jurado popular considera probado que el hombre cometió un asesinato.
El acusado no había reconocido la asfixia a la mujer y durante el proceso simplemente afirmó que “zarandeó” a su suegra y esta “se cayó al suelo”. Una tesis que rebatió el Ministerio Fiscal, para quien, antes de estrangularla, el acusado la golpeó como si fuese “una especie de saco de boxeo”.
En casa de la víctima
Durante las distintas jornadas que se ha prolongado el juicio, la expareja del ahora considerado culpable e hija de la víctima aseguró que recibió amenazas de muerte. Sin embargo, confesó que no se las había tomado en serio porque nunca habían ido a más, pero tras un biombo reconoció: “Yo nunca pensé que le fuera a hacer nada a mi madre”.
Aunque la mujer mantuvo que la madre no se había metido nunca en su relación de pareja, el empeoramiento de la relación fue entendido por el acusado como una prueba de que la fallecida había intervenido.
El día en el que se produjo el crimen, el hombre había acudido al domicilio de su suegra para buscar a su pareja pero finalmente la visita acabó en un asesinato, según han entendido los jurados elegidos por el tribunal.
“Era plenamente consciente de lo que hacía, no tenía alteradas las capacidades de querer y saber”, afirmó el fiscal en la última jornada del juicio antes de la decisión. Así rebatió a la defensa que aseguraba que todo se había debido a los trastornos psicológicos y la toxicología que parecía el detenido. “La machacó viva y después la estranguló”, zanjó.
