Un año desde la Nochebuena más negra en Cerdedo

Al cruzar el puente de Pedre, el autobús se precipitó al río Lérez
Un año desde la Nochebuena más negra en Cerdedo
Este siniestro motivó el nacimiento del llamado como 'Pacto de Pedre' | EFE

Hace justo un año, a las 21:19 horas, la vida se paró en seco para siete de las nueve personas que viajaban en el autobús que cubría la línea entre Lugo y Vigo. Al cruzar el puente de Pedre, en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), el vehículo se precipitó al río Lérez.


Era la Nochebuena de 2022. Solo sobrevivieron el conductor y una de las pasajeras. El impacto contra el cauce del río, a unos treinta metros por debajo del nivel de la carretera, fue fatal. El autobús acabó convertido en un amasijo de hierros y las siete víctimas fallecieron en el acto.


Los servicios de rescate, que desplegaron un complejo operativo desde el puente, trabajaron en condiciones inhumanas, en pleno temporal de viento y lluvia, logrando recuperar, con el paso de las horas los cuerpos de los fallecidos, algunos arrastrados río abajo por la corriente.


Hasta tres días después no se pudo retirar el autobús accidentado del río. Para eso hizo falta una grúa de grandes dimensiones y toda una operación diseñada hasta el milímetro.


La investigación del suceso, que asumió desde el primer momento la Guardia Civil, además del interrogatorio a los supervivientes, incluyó numerosas pruebas periciales y hasta una reconstrucción del accidente sobre el terreno con un autobús de similares características.


Hace apenas tres meses se conocían las primeras conclusiones del informe elaborado por los especialistas en accidentes de tráfico. El resultado, según este estudio, era claro. Un exceso de velocidad había sido la causa del siniestro, contradiciendo así la versión del conductor.


Ante el tribunal que instruye la causa por este accidente, al que el chófer acudió en calidad e investigado por siete homicidios imprudentes, éste negó ir a más velocidad de la permitida, alegando que el autobús había hecho 'aquaplanning' por los charcos que había en la calzada.


Además, citó que el accidente se produjo en medio de una de las noches más lluviosas del año y que la visibilidad en la zona era muy reducida, por lo que extremó todas las precauciones. Pero no fueron suficientes y acabó por perder el control del vehículo.


La otra superviviente del autobús, uno de los ocho pasajeros que viajaban en él en aquella fatídica noche, ratificó su versión. Afirmó que el conductor conducía "perfectamente" en medio de unas condiciones meteorológicas "muy adversas" y que les ayudó "en todo momento".


A pesar del tiempo transcurrido, la investigación judicial aún no se ha cerrado y las causas del siniestro, por lo tanto, siguen sin aclararse, pero lo que sí se ha avivado es el debate sobre las condiciones en las que se encuentra la carretera en donde se produjo el accidente, la N-541.


Este siniestro motivó el nacimiento del llamado como 'Pacto de Pedre', la unión de todos los ayuntamientos de las provincias de Pontevedra y Ourense por donde discurre esta carretera nacional, que desde entonces exigen al Gobierno la reforma integral de este peligroso vial. 

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