El CEIP Plurilingüe de Palmeira conmemoró ayer el Día Escolar pola Paz e a Non Violencia, al que se sumaron alrededor de 300 alumnos, junto a sus profesores y bastantes padres. Se concentraron en el patio del centro educativo a las once de la mañana para salir en una caminata todos juntos y dirigirse en hilera y agarrados por las manos y portando palomas y molinillos de papel y paños, todos ellos blancos, hasta una plazoleta del puerto de la parroquia. Allí, una representación de los escolares leyó un manifiesto para proclamar sus deseos y sueños “para a construción dun mundo máis xusto e solidario, dun mundo... en paz”, pudiendo ver y vivir un mundo nuevo en armonía, justicia, libertad y solidaridad, y otros expresaron lo que significa para ellos esa paz.
Alicia Fernández López, alumna de la clase de 6ºA de Primaria, expresó el compromiso de todos los presentes para “superar a indiferencia coa solidariedade, a compaixón e loitar pola xustiza, a igualdade e a liberdade nun mundo en paz”, para seguidamente añadir que “somos novos e os nosos propósitos son soños que queremos facer realidade. Soñamos cun mundo onde a luz venza á escuridade, onde o amor e o perdón sexan máis fortes que o odio e a guerra”, subrayó.
Fabio Estévez Lois, compañero de la clase de Alicia, insistió en hablar de los sueños de él y del resto de escolares, por un mundo “no que as barreiras non marquen a diferencia entre a vida e a morte, un mundo sen fronteiras onde o único límite sexa vivir en paz”. “Soñamos co día en que todas e cada unha das persoas teñan acceso á Educación e un nivel de vida digno e oportunidades de traballar e de benestar”. También echó a volar la imaginación para que haya un mundo sin diferencias entre hombres y mujeres, en el que todos sean tratados con respeto e igualdad, un mundo sin guerras, sin violencia, sin luchas entre hermanos, sin niños sufriendo el hambre y el abandono, sin familias rotas por las barreras del odio y la incomprensión”.
Brais Paz Vidal y Anahí Roque Carhuavilca, ambos de 6ºB dijeron que la paz es compartir, felicidad, jugar con sus amigos, ayudar sin mirar a quien, lo que les une a los demás y empieza con una sonrisa. “A paz amence todos os días para resolver os problemas falando, para poñernos de acordo no xogo e para poder ser familia doutros que non teñen”, puntualizó la niña, para seguidamente decir que la paz “fainos máis felices”, por lo que animó a todos a que “cociñemos unha receita que encha a Terra dun novo sabor: a Paz”, y a que empiecen a hablar, respetar y valorar a los demás sin tener en cuenta su raza, sexo o religión, para que la paz sea una realidad y no sólo un deseo.