“Oí gritos de auxilio y vi a un buzo agarrado a una boya, me acerqué y ayudé a sacarlo del agua”, dice un testigo

“Oí gritos de auxilio y vi a un buzo agarrado a una boya, me acerqué y ayudé a sacarlo del agua”, dice un testigo
Efectivos de emergencias retirando el féretro de Punta Cabicastro el pasado martes | mónica ferreirós

Diego Calviño estaba practicando submarinismo a apenas 200 metros de Manuel Ángel Fernández, el buzo vilagarciano fallecido el pasado martes en Punto Cabicatro después de que una planeadora le golpease con la hélice del motor, y acudió a socorrerle. “Oí gritos de auxilio y vi a un buzo agarrado a una boya, pensé en un primer momento que le había dado un síncope, algo muy común y con fácil solución si actúas rápido”, explica. Calviño, instructor y entrenador de apnea en la Federación Gallega de Actividades Subacuáticas, solicitó al barco en el que navegaba con un compañero que le acercase a la zona del accidente. “Cuando llegué, el compañero de Manuel ya estaba sacándolo del agua y yo colaboré porque todavía tenía las piernas dentro del mar”, recuerda. “Con el cuchillo le corté el traje y comenzamos a realizar las tareas de reanimación, pero ya me di cuenta de los importantes cortes que presentaba y que poco se podía hacer, pero había que intentarlo. Luego llegaron los servicios de emergencias, un médico en la ambulancia medicalizada, pero ya no se pudo hacer más”, señaló. Calviño no suele practicar submarismo en esa zona. “Un compañero quería ver una cosa y bajamos. Por el lugar pasaron en ese rato cuatro embarcaciones y una era de Emerxencias. Si se ajusta un poco en la franja horaris dos y con unas características muy concretas", explioca.

Para Calviño, el accidente está muy claro. "Manuel estaba pegado a la boya y el cabo estaba cortado, o sea que le pasaron por encima y le golpearon con la hélice", asegura. De hecho, indica que los plomos que llevan en el cinturón los buzos "estaban tocados así que es probable que la hélice esté dañada. Es imposible que no se diesen cuenta porque el motor tuvo que hacer un extraño al golpearle con la hélice y el instinto te lleva a parar, mirar para atrás y levantar el motor".


Respecto a la posible peligrosidad de la zona, Calviño asegura que “no hay zonas más o menos seguras, pero por esta zona y en esta época hay mucho tráfico marítimo y mucha gente que no es consciente de una lancha es como un vehículo, pero en el mar”. Diego Calviño está previsto que preste declaración mañana en el Cuartel de la Guardia Civil. “Ha sido una tarde muy dura y me ha quedado una imagen en la cabeza difícil de olvidar”, reconoce.

La autopsia, practicada en el Instituto de Medicina Legal de Galicia, será lo que determine las causas del fallecimiento.

“Oí gritos de auxilio y vi a un buzo agarrado a una boya, me acerqué y ayudé a sacarlo del agua”, dice un testigo

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