La subzona de O Salnés triunfó en la Cata Concurso Albariño Rías Baixas, el certamen de vinos que originó la fiesta cambadesa y que cumplió 34 ediciones bajo el mando del Consello Regulador de la DO. Y es que las medallas de Ouro y Prata recayeron en Davide (Vilanova) y en Castel de Fornos, de Bodegas Chaves (Ribadumia), respectivamente. El Bronce fue para Veiga da Princesa, del Condado. La identidad de los ganadores se dio a conocer en el Xantar organizado por el Concello, que reunió a más de 400 personas y que pone el broche a 10 días de celebración y homenaje al “príncipe dorado” de los blancos.

Al certamen se presentaron 53 aspirantes y, según los catadores, la elección no fue sencilla porque el nivel era muy alto. El propio enólogo Pepe Chaves señalaba que, al final, todos los vinos amparados por el sello de calidad están en un “nivel alto”. Pero el histórico bodeguero, ya desvinculado laboralmente de la firma y uno de los impulsores de la fundación de la denominación, recogió la Plata con “orgullo” y en nombre de la siguiente generación que se encarga de la bodega, que produce unas 100.000 botellas anuales. Una “empresa familiar, pequena, para á que este premio é de gran importancia”, manifestó, al mismo tiempo que indicaba que se suma a otros importantes acontecimientos de la casa como cuando “fomos a primeira adega da DO que gañou un premio internacional de entre máis de 300 viños”. De Castel de Fornos dijo que tiene la personalidad de su “terroir”, una zona de secano, con senzaciones “amieladas, fresco e cunha acidez compensada”.

La Medalla de Ouro la recogió el secretario general de Rías Baixas, Ramón Huidobro, ante la ausencia de sus responsables. Sí estaba el de Veiga da Princesa, de Pazo do Mar, un grupo bodeguero enraizado en el ribeiro y que en 2002 empezó con este vino su aventura en el albariño, porque “era moi demandado no estranxeiro”, explicó Manuel Méndez.

También detalló que procede de una finca ubicada en Crecente y que el secreto está en su uva “ten unha maduración moi boa; é un viño equilibrado, de pouca acidez”. Su vendimia media ronda los 170.000 kilos, pero es tal su éxito que “este ano era para non vir á Festa do Albariño porque tiñamos tan pouquiño viño na adega... De feito, onte tivemos que ir buscar máis”, explicó.

Este fue uno de los argumentos ofrecidos por el sector este año para no abrir antes las casetas de A Calzada, donde tiene lugar la masiva degustación popular, coincidiendo con el inicio del programa municipal, que este año tiró la casa por la ventana con 10 días de celebración tras dos años sin fiesta por la pandemia y porque cumple 70 años de existencia.

Lago: “Programamos a festa con ilusión, para a veciñanza, para devolver a alegría as nosas rúas” 

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el Gran Mestre, Alberto Núñez Feijóo, se acercaron a saludar a las autoridades municipales del Xantar, pero excusaron su ausencia por motivos de agenda. Ya hace algunos años que no asisten a la comida de confraternidad organizada por el Concello que tuvo representación de la Xunta con la directora de Turismo, Nava Castro; de la Diputación, con Carlos López Font, y por supuesto del Consello Regulador, con su presidente Juan Gil de Araújo. Todo ello presidido por el alcalde cambadés, Samuel Lago, quien reconoció que organizar un programa de la magnitud del Albariño fue “realmente agotador, pero mereceu a pena” y con una edición especial tras “dous anos en branco pola maldita pandemia” y también porque justo cumple 70 años. Pero sobre todo, lo hicieron con la “ilusión de que volvera ser a festa de toda a veciñanza” para devolver a alegría ás nosas rúas, enchelas de vida, de música, de viño... E volver a exaltar o albariño Rías Baixas, o seu enorme potencial como produto de calidade e recoñecido a nivel internacional”. Además de su importancia como sector estratégico destacó la relevancia a nivel social y cultural que mantiene con Cambados. Él conoce bien al sector, pues como perito lleva más de 20 años vinculado a él. “Coñezo de primeira man o esforzo e sacrificio que supón o coidado” que “oculta cada copa de viño que levamos á boca”, manifestó, para afianzar, una vez más, su “firme compromiso” en su defensa. También hizo una mención al trabajo “inconmensurable” de su socio político, el concejal Tino Cordal.