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martes | 30 abril | 2024
La Navidad despierta la parte más solidaria de las personas. Fechas en las que la magia y la ilusión conviven con las dificultades que muchas familias tienen para salir adelante y ahí es donde la implicación es la clave para que todos puedan disfrutar de estas fiestas. Un cartón de leche, una botella de aceite, un paquete de legumbres o una caja de galletas... lo que para unos resulta insignificante, para otros es el poco alimento que se pueden llevar a la boca un día.
Bien lo saben en el Banco de Alimentos Rías Baixas, que desde la parroquia de Vilalonga, en Sanxenxo, mueven cielo y tierra para conseguir alimentos y cubrir las necesidades básicas de las familias más necesitadas de la comarca de O Salnés y de Pontevedra.
Diariamente atienden directamente a medio centenar de familias, comedores públicos y numerosas entidades como Cáritas en las diferentes parroquias de la comarca, que se abastecen del Banco de Alimentos para prestar ayuda a las personas que más lo necesitan.
Para ello, se necesitan toneladas de solidaridad y apoyo desde diferentes ámbitos para conseguir llenar la despensa.
En estas fechas, resultó de gran ayuda la implicación de numerosos centros educativos de la comarca que realizaron recogidas de alimentos con un magnífico resultado. “Estamos muy satisfechos y agradecidos, es muy gratificante la recogida en los coles y educar en valores es muy importante en los tiempos en los que vivimos”, señala la presidenta del Banco de Alimentos Rías Baixas, Dora Pérez.
El Banco de Alimentos tampoco podría llenar su almacén si no fuera por la colaboración durante todo el año de supermercados como Mercadona, Froiz, Eroski y Gadis, que diariamente entregan alimentos frescos y pan para que en las casas no falten tampoco pescados, verduras o carne.
Destaca en esta ocasión la campaña navideña de Froiz, en los supermercados de Vilagarcía, Sanxenxo y Portonovo donde los clientes se volcaron de lleno y se consiguió recaudar 3.200 kilos de alimentos para el Banco de Alimentos de Rías Baixas. “Fue un éxito rotundo”, destaca Perfecto Martínez, otro de los responsables de la entidad.
Pero también hay empresas más pequeñas, de la zona, que demuestran su solidaridad cada día, como la Panificadora Paco, de Sanxenxo que gracias a ellos no falta pan en las despensas y cada poco hace alguna recogida de alimentos y de juguetes nuevos, como la que tiene en estos momentos en marcha y que termina este jueves, para que todos los niños tengan sus regalos el día de Reyes.
Talleres el Progreso que se encarga del mantenimiento de la furgoneta de reparto e Irdahostel, que arregla las cámaras frigoríficas son otras pequeñas empresas que colaboran con el Banco de Alimentos de manera desinteresada en el funcionamiento de la entidad. Porque cualquier granito de arena es suficiente para sacar adelante este importante proyecto, fundamental para ofrecer calidad de vida a las familias con menos recursos.
Y es que nadie esta exento de tener que necesitar este empujón en algún momento de sus vidas, pues según constatan en la entidad, el perfil de las personas que precisan su ayuda es, en muchas situaciones, gente con trabajo, donde entra un sueldo en casa pero no es suficiente, y familias extranjeras.
Un gran esfuerzo por parte de una docena de voluntarios que trabajan todo el año en el antiguo mercado de Vilalonga, donde estos días estaban las estanterías llenas de comida y juguetes.
“Ojalá tuviéramos el almacén siempre tan lleno como lo tenemos ahora”, desea Dora Pérez, ya que la solidaridad no debería de quedarse solo durante la Navidad, pues todavía sigue habiendo una alta necesidad en la comarca.
Pero Dora también tiene otro deseo para el próximo año: Un relevo, una persona que asuma las riendas del Banco de Alimentos Rías Baixas y que le pueda dar descanso, porque cuidar a los que cuidan, también es importante.
