La política de: “quítame tú esta paja”, no me gusta, porque los políticos tienen que dedicarse a resolver los problemas generales y no sus interese personales. ¿Por qué Feijóo no llamó a declarar a Sánchez y a su mujer en el Senado donde el PP tiene mayoría?
Por la sencilla razón de que Sánchez puede hacer lo mismo llamando a declarar a Feijóo y a su mujer en el Parlamento donde Sánchez cuenta mayoría.
¿Por qué el PP pide la dimisión del presidente Sánchez, ignorando a docenas de sus imputados, como la exministra de Aznar Pilar del Castillo candidata a las europeas?
Los despropósitos de Feijóo con el monotema contra Sánchez no le auguran un buen futuro. Es obligación de los ciudadanos/as ver los partidos que fabrican bulos con robot que masifican en redes y medios de comunicación pagados por intereses económicos de poderes fácticos instalados en las instituciones con más poder que el gobierno elegido democráticamente.
No podemos seguirle el juego por el bien nuestro. El PP lleva como único programa pedir la dimisión de Sánchez. Quien diga que en la administración de justicia española no hay Lawfare está ciego. Vemos al juez Peinado, padre de concejala del PP que en plena campaña a la UE admitió la denuncia de la ultra Manos Limpias con recortes de prensa.
Este juez se enfrentó al fiscal, al abogado, a la UCO que no encontró delito, citándola a declarar el 5 de julio a Begoña Gómez antes que los empresarios implicados, acelerando y manejando los tiempos en plena campaña a las elecciones europeas.
El 8 y 9, días de reflexión, los ultras vuelven a manifestarse frente a sede del PSOE banalizando y utilizando la religión políticamente. La junta electoral no la autorizó, pero el TSJM sí, cuya ponente ejerció altos cargos en el PP con Aznar, el que llamó a la guerra pidiendo “el que pueda hacer que haga, este donde esté”.
Bien combinados los díscolos jueces del Lawfere, y portavoces del PP no saben más que pedir la dimisión de Sánchez dictando sentencia contra Begoña Gómez sin respetar la presunción de inocencia. El PP nunca quiso reconocer la legitimidad democrática de Sánchez, por falta de educación democrática.
Lo que mal empieza mal acaba. Cuatro barones del PP eligieron a Feijóo en cuatro días para conseguir las mayorías absolutas en España como las consiguió a la Xunta. No se dieron cuenta de que en Galicia le fue fácil porque las izquierdas están divididas.
Dos veces consiguieron la Xunta, dos veces la perdieron y no repitieron legislatura por sus lo personalismos, aun reconociendo mejor gestión que el PP.
La moderación de Feijóo fue un espejismo, un engaño más. Para conseguir la presidencia del Estado se necesita tener proyectos de Estado y ser más positivo y menos propaganda.
Feijóo es correoso, atrevido y puede decir una cosa y la contraria sin pestañear. Pero va tan a fondo que corre el riesgo de quemar el embrague antes de llegar a la meta.
La oposición es una pieza más del conjunto de la democracia y el Estado de Derecho. Los políticos deben cumplir más que nadie, cosa que no está haciendo el Partido Popular al tener bloqueado el Consejo General del Poder Judicial, más de cinco años caducado, con la mayoría absoluta nombrados por el gobierno de Rajoy. Da la impresión de lawfare para tapar los casos de corrupción que tiene pendientes.