Ahora el PSOE tiene dos “ayusos” que quieren llevar la voz cantante del partido (Felipe y Page) igual que hizo y hace Ayuso contra Casado marcando el paso a Feijóo. Los que hemos militado en el PSOE y luchamos por traer la democracia estamos estupefactos con las últimas declaraciones de Felipe y Page al unísono con las derechas más recalcitrantes que se oponen a los avances sociales que en justicia hace este gobierno a favor de la ciudadanía.
No pude creer el ataque de Felipe contra Zapatero y Sánchez, prohibido por los estatutos del PSOE, cuando Felipe y Guerra exigían que las críticas se hicieran dentro del partido de obligado cumplimiento a todos los afiliados. Recordemos aquella famosa frase que hizo historia: “el que se mueva no sale en la foto”. Ahora le quieren negar el derecho a Sánchez como presidente para hacer la política que mejor crea.
Felipe tiene miedo que la amnistía socave los cimientos del Estado, pero que no se preocupe porque Sánchez volverá a votar el Art.155 como hizo cuando Rajoy era presidente. Todos los presidentes dijeron cosas que no cumplieron. En el PSOE dijimos, “de entrada no”, y luego tuvimos que dar el callo por el sí. Fue al programa del Hormiguero con los mismos argumentos que la derecha contra sus compañeros Zapatero y Sánchez sin el más mínimo respeto como se le dio a él cuando fue presidente. Tanto Zapatero como Sánchez fueron los más progresistas de la reciente democracia, gobernando las crisis sin tener empresas públicas que vender como tuvieron González y en mayor medida Aznar, y contar con más fondos públicos europeos que ahora. No podemos olvidarnos, para ser justos, que Sánchez consiguió más derechos sociales y participación democrática que proclama nuestra Constitución.
Durante estos cuarenta años de democracia todos los presidentes aportaron lo que pudieron. Suárez tuvo que luchar contra los poderes fácticos para establecer las libertades políticas y la democracia.
Felipe, sin perder lo conquistado, tuvo que asumir la modernización y la reconversión industrial entre otras cosas importantes. Zapatero tuvo que aumentar los derechos civiles y la justicia social y rematar con el terrorismo de ETA.
Sánchez tuvo que lidiar con las más difíciles que nadie. Heredó una Cataluña con el 50 % de independentismo creado por el Gobierno del PP con Rajoy a la cabeza. Heredó varios desastres, el Covid, la Guerra de Ucrania y el volcán de Palma. A pesar de todo, las bases sociales salieron mejor paradas que cuando gobernó el PP en la crisis del 2008 que subió los impuestos a la clase media para abajo, recortando servicios públicos, vaciando la caja de la pensiones empeñando el Estado como nunca, dando amnistías fiscales para lavar en dinero negro, a lo que se acogió Rato, el vicepresidente económico con Aznar, que no se cansaron de presumir que hizo el milagro económico español, pero ganó con sobresaliente la cárcel.
Al menos Zapatero y Sánchez en los más de 12 años que gobernaron no tuvieron ninguna sentencia por corrupción, cosa que no pueden decir González y Aznar.