La hora de Rueda

Sánchez ya es presidente de nuevo, el apoyo parlamentario “Frankenstein” que ha conseguido reunir en torno a su amnistía la garantiza un tiempo en Moncloa que, vista su capacidad de resistencia y sus pocos escrúpulos, le pueden mantener hasta cuatro años más en el Palacio. Ahora los españoles nos centraremos en ver las concesiones que va haciendo al independentismo y las reacciones de los separatistas si no cumple lo prometido.


Todo ello vigilado desde Bruselas por unos mediadores fantasmas y con Puigdemont presidiendo esa mesa de la ignominia en la que desde fuera de nuestro territorio se controlará la acción de nuestro gobierno, ¡lo nunca visto! Pero una gran parte de españoles que tenía sus esperanzas puestas en una repetición electoral habrán de gestionar su irritación para no entrar en bucle, de lo contrario la legislatura se les hará eterna y podría ser perjudicial, incluso, para su salud. Pero en el noroeste de España, hay una comunidad que tiene la oportunidad de votar porque le toca por calendario, la Galicia del presidente Rueda puede dar la voz a los ciudadanos para que demuestren su rechazo a las alianzas de Sánchez y ya de paso, renovar una mayoría absoluta que mantenga la estabilidad en una tierra que, afortunadamente, se ha mantenido al margen de escándalos y que progresa en silencio contando con la paz social que los gobiernos del PP han sabido mantener de la mano del diálogo y la aplicación del sentido común. A ello habrá de sumarle Rueda retoques en los impuestos de patrimonio y sucesiones porque no es explicable que las comunidades donde gobiernan los populares hayan eliminado en la práctica esta carga fiscal y en Galicia se mantenga, sobre todo cuando los líderes regionales de la formación azul insisten en que esa medida ha supuesto una mayor recaudación y las ha convertido en más atractivas para captar inversiones. Dicho lo cual, la marea de ansiedad por demostrarle a Sánchez que sus cesiones a los separatistas y su amnistía no gozan del visto bueno de los ciudadanos, debe animar al presidente gallego a poner las urnas para que hable el pueblo.


Los cargos públicos y los afiliados y simpatizantes del PP tienen las pilas cargadas y sus vecinos los animan a ganar con claridad estas elecciones que serán un toque de atención al PSOE y un espejo en el que ver reflejada la lejanía de sus acciones con la voluntad popular. Una victoria rotunda el PP en Galicia es el mejor respaldo para Feijóo, al que le esperan tiempos convulsos en Génova a la espera de una nueva oportunidad. Las siguientes elecciones podrían ser las vascas y ahí, si la demoscopia no falla, Sánchez se verá en un callejón de difícil salida. Si Otegui gana en el país vasco, los socialistas tendrán que elegir entre dar su apoyo al que fue miembro de ETA o apoyar a un PNV en horas bajas. Ambos son socios de Sánchez en Madrid, pero solo uno podrá presidir el gobierno vasco.


También habrá de esperar el gobierno a la posición que adopten los diputados de Podemos, que ya han anunciado su divorcio de la desleal Yolanda. En definitiva, tenemos una legislatura que pende de muchos hilos distintos y distantes y la cuenta atrás del gobierno de Sánchez se puede poner en marcha en Galicia, Rueda, Calvo y sus equipos tienen la palabra, los ciudadanos tienen las ganas. ¡A que espera!

La hora de Rueda

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