Un parche para la Educación

El Gobierno va a reforzar la enseñanza de matemáticas y comprensión lectora para los todos los alumnos, desde primaria al bachillerato, anunció el presidente del Gobierno en la convención de su partido en A Coruña. El plan, dotado con 500 millones de euros, contempla tres actuaciones: reducir el número de alumnos por aula, reforzar al profesorado con clases extra para los estudiantes con dificultades y un plan de formación para los profesores. 


Más allá de que el presidente anuncie un plan de gobierno en un acto de partido, este   anuncio contiene medidas positivas para corregir el desastre del último informe Pisa en el que los escolares españoles obtuvieron los peores resultado desde que se realiza esta  prueba. Pero al tiempo es un reconocimiento por su parte del fracaso del modelo educativo que ha implantado. 


Dicho esto, los últimos resultados de Pisa son uno de los síntomas de los males que padece la Educación en España. El problema de base radica en la sucesión de leyes educativas cada una con unas supuestas innovaciones que empeoran a la anterior. Otro problema es haber creado muy mal 17 modelos educativos, 17 textos de cada asignatura -el ejemplo paradigmático son los 17 libros distintos de historia de España-, 17 pruebas de selectividad… Esto y otras medidas consiguieron desorientar a profesores y alumnos y preocupar a los padres.


La Lomloe, la ley vigente aprobada en el Congreso por un solo voto de diferencia,  acabó con la cultura del trabajo, del esfuerzo y del mérito, elementales en todo proceso de aprendizaje, sustituyó el currículo basado en conocimientos por otro basado en competencias, suprimió las evaluaciones externas estandarizadas y permite pasar de curso con suspensos. Oí decir a un profesor de primaria que con esta ley “los niños van al colegio a ser felices y no se les puede decir nada”. 


Queda dicho que el anuncio del presidente contiene medidas positivas para curar uno de los síntomas del grave deterioro de la Educación. Pero la solución a sus problemas solo podrá venir de un pacto de Estado con un consenso político similar al que tuvo en su día la Constitución y que implique a todos los protagonistas del contexto educativo. 


La llamada al pacto debió ser el anuncio del presidente porque la mediocridad de la Educación no se soluciona con remiendos de 500 millones. Precisa una reforma profunda que debe partir de ese gran acuerdo que acabe con tanto desbarajuste. 


Pero mientras los políticos quieran controlar la enseñanza desde la perspectiva ideológica y adoctrinadora, el sistema educativo seguirá sumido en el caos.  Los dirigentes españoles son tan irresponsables que no quieren pensar que el presente y el futuro del país dependen de la Educación.  

Un parche para la Educación

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