La política no es mala, la hacen mala algunos políticos

La culpa no es de la política, ni del sistema democrático, es de los malos políticos que perjudican la democracia y la sociedad en su conjunto. Hay gente que entra en los partidos buscando el puesto de trabajo que no encontró en lo privado. Lo mismo que hay empresarios que buscan aumentar sus beneficios metiéndose directamente en política. Tanto los primeros como los segundos son nocivos para la política porque nunca defenderán el interés general. Pero también hay otros que van a defender el bien común, pero serán combatidos por los dos primeros, y los segundos que son los que desacreditan a  los que hacen lo correcto, y como no haya una justicia activa que los controle, ganarán los malos políticos. La solución la tienen  los votantes que sepan diferenciar entre unos y otros sin hacer caso a la propaganda en manos de los más ricos para comprar  medios  y voluntades de políticos en venta que siempre hay. Hay grupos económicos que sobornan a partidos con dinero para campañas para elevar a sujetos a altos cargos para tráfico de influencias y legislar a favor de sus intereses.
 

Los partidos son para defender los intereses generales en democracia, aunque pueden llegar a descomponerse por intereses personales olvidándose del bien común. Vimos como finiquitaron UCD, y AP rompió  y crearon el PP, y sacaron la gaviota de sombrero y pusieron una hoz encima del PP. También Podemos se rompió en varios partidos. UCD con Suárez a la cabeza hizo lo más difícil de la transición, pasando de la dictadura a la democracia y volver a ser presidente al ganar limpiamente las elecciones, y los suyos con los poderes fácticos le obligaron a dimitir en vez de respetar el resultado de las urnas. Lo que aprovecharon para dar  al golpe de Estado el 23/f, poniendo en peligro la democracia. Quedaron secuelas, que la oposición niega la legitimidad  Sánchez y le acusa  de ser un dictador, cosa imposible porque no tiene mayoría, depende  de una coalición de partidos. Son más autoritarios los gobiernos con  mayoría absoluta, que los gobiernos del pacto. Ya vimos lo que hicieron gobiernos con mayoría absoluta que fueron colonizando las instituciones y privatizando empresas del Estado sin subastas pública para adjudicar al mejor postor.

 

Las mayorías absolutas acapararon los tres poderes del Estado; el  legislativo, ejecutivo y judicial con mayorías  del mismo partido, en los órganos judiciales dando como resultado 5 años sin renovar el Consejo General del Poder Judicial con las graves consecuencias que aún perduran. La separación de poderes son contrapesos imprescindibles en democracia. Esto no pasaría si los partidos fueran democráticos tal como estipula el art. 6 de la Constitución. Los partidos y elecciones son requisitos imprescindibles para la  democracia. Pero en la práctica los partidos pueden ejercer el nepotismo dentro y fuera del partido  y al alcanzar el poder hacen lo mismo en las  instituciones. Cuanto más democrático sea un partido, más próspero y democrático será el país. Pero hay sujetos que dirigen los partidos que dejan mucho que desear, porque abusan del poder. Yo doy fe de ello. 
 

Lo mismo le pasó al  primer teniente alcalde Alonso Puerta del ayuntamiento de Madrid que denuncio la corrupción de un compañero. El PSOE se pudo del lado del corrupto y echó del partido a Puerta. Luego recurrió a los tribunales y fue repuesto de concejal pero siguió expulsado del PSOE. Los partidos no son culpables al ser un instrumento que manejan personas. En democracia puede llegar cualquier petardo al más alto cargo del Estado apoyado por algún grupo económico truculento que esté detrás,  tal como  Trump. Fueron los votos de los descalzos los que eligieron creyendo  que les mejoraría la vida. Fueron pasto de la propaganda política que enganchó a los incautos.


Hay otros que andan de partido en partido, de izquierdas a derechas, y a viceversa, según conveniencia. La prueba la tuvimos en el Gobierno de Aznar. Tuvo al menos cinco ministros excomunistas, José Pique, Celia Villalobos, Pilar del Castillo, Miguel A. Rodríguez y otros cargos relevantes.


Altos cargos del PSOE, pasó lo mismo ocupando cargos con la derecha. Leguína expresidente del PSOE de la Comunidad de Madrid, nombrado por Ayuso presidente de la Cámara de Cuentas de la comunidad con más de 100 mil euros. Cristina Alberdi ministra con González, fue nombrada por Esperanza Aguirre presidenta del Observatorio Autonómico contra la Violencia de género. Lo más decente y conveniente para la sociedad, es que un cargo público salga tan limpio de corrupción como entró.

La política no es mala, la hacen mala algunos políticos

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