Rubiales abusó del poder que no es suyo

Rubiales, un chulo prepotente que puso en pie de guerra la reivindicación de los derechos de las mujeres. No se enteró que las mujeres no son objetos de su propiedad, quieren demostrar cuál es su lugar en el mundo sabiendo que hay unas recientes leyes, del “no es no”. Rubiales es un Trump más que desafía las normas escritas y morales por falta de ética profesional . Rubiales fue elegido para hacer buena gestión deportiva, cosa que ha conseguido, pero eso no le da derecho a saltarse las líneas rojas que todo profesional debe tener. El maravilloso éxito del equipo femenino quedó eclipsado por un personaje inmoral.                                          
 

Vaya personaje que presidió la federación de futbol, que montó a su alrededor un equipo corrupto defendiendo el machismo en el deporte aplaudiendo a rabiar al enfatizar más de cinco veces que no dimitiría, a la vez que acusó con mal estilo a todos los que le pidieron su dimisión.
 

No tiene derecho a aprovecharse del cargo sensual, ni económicamente, porque ya llueve sobre mojado, dado que el sujeto se apropió de todo lo que pudo, sin tener en cuenta limites que debe tener un cargo delegado. Los viajes amorosos pagados con fondos de la Federación, y llevar a Arabia Saudí, el país lleno prohibiciones a las mujeres, no fue un acierto, y para más inri justifica su acción con que gracias a eso a las mujeres allí le pusieron wateres que no tenían.
 

En una entrevista en la Cope dijo que las  protestas por el beso eran una gilipollez, pero según fueron aumentando grabó un vídeo diciendo que pudo estar desacertado y que pedía disculpas, pero en la asamblea desafió, hizo todo lo contrario y atacó a todos con  mal gusto y egocentrismo de no dimitir.
 

El poder delegado requiere ser eficaces y también honestos, un bien muy escaso porque el sistema lo permite. Funcionan muy mal los contrapesos del sistema, de lo contrario no habría tanto abuso de poder y corrupción, tanto en el deporte como en política. Por eso la justicia y la política miran para otro lado sabedores de que la poca educación cívica de sus votantes lo permite.
 

Esto ya no es deporte, desde que se convirtió en un negocio económico de envergadura. Antes había deporte más limpio hasta que se convirtió en un  negocio que temen los gobiernos. Rubiales estaba cobrando al año 700.000 euros, cuando un presidente del gobierno de España no llega a los 100.000 euros, lo que demuestra la irracionalidad del sistema.
 

No es de extrañar que la mayoría de la asamblea de la Federación aplaudiera a Rubiales cuando dijo desafinadamente que no dimitiría, lo que demuestra el abuso de poder montado por Rubiales para desafiar la ley de la gravedad. Demuestra que su comportamiento empeora cada vez que abre la boca, por lo que el Consejo Superior de Deportes no le queda más remedio que cesarlo para que no siga avergonzando a España. Tiene derecho a recurrir a la justicia para defender sus meteduras de pata y puede haber algún tribunal que le dé la razón por motivos políticos que hay en algunos jueces. 
 

Rubiales no se dio cuenta de que ningún padre encargará a su hija la preparación deportiva, dado que puede creer que tiene derecho a todo. Es como justificar que el profesor de un instituto le diera un beso en la boca a su alumna, aunque fuera consentido. Incluso si fuera ella la que tomara la iniciativa, la obligación del profesor, sería evitarlo. Un profesional responsable debe hacer renuncias y dar ejemplo. 

 

Cosa que Rubiales no entendió. Otro Trump en España que le vale todo. Menos mal que la FIFA lo apartó del cargo provisionalmente, por tener la cara dura de atornillarse en el cargo desafiando a todos y a todas.
 

Mirándolo de otra forma, el libre albedrío de Ruibales va a provocar más movimiento femenino para la igualdad.

Rubiales abusó del poder que no es suyo

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