La jornada del martes ya se anunciaba calurosa y los termómetros no defraudaron, con temperaturas que rozaron los 40 grados centígrados en determinados puntos de la comarca. El problema reside cuando en los centros de trabajo no se dan las condiciones idóneas de climatización, tal y como marca la normativa. Pero especialmente llamativo es cuando así le sucede a trabajadores de un servicio público.
En este caso son, además, miembro de un servicio de emergencia y extinción de incendios. Es decir, los que tienen que socorrer a los ciudadanos cuando se encuentran en apuros o ir a apagar un fuego aunque, en sentido figurado, lo que sientan arder sea su propia sede.
Y es que los Bomberos de Vilagarcía denuncian que, durante la tarde del martes, en el parque llegaron a alcanzarse los 35 grados centígrados. No es la única deficiencia de las instalaciones, que tiene humedades que dejan huella visible en las paredes y techos. “Los aislamientos son inexistentes”, denuncia un representante de la plantilla, que incide en que el día a día, durante su jornada laboral, “es insoportable”.
Por otra parte, desde que se registró el apagón, a finales del mes de abril, tanto los portales de acceso como algún que otro electrodoméstico se encuentran averiados. Ello provoca que el parque tenga que quedar abierto cuando los efectivos salen a cualquier intervención. La sensación, con respecto al Consorcio, es de “abandono”.
Se trata, recuerdan, de un tema tanto “operativo”, en referencia a estas incidencias de carácter eléctrico, como de “salubridad”, en referencia a las ausencia de climatización de la sede de parque de Vilagarcía. Son problemas de los que ya dieron cuenta en diversos momentos.
Por otra parte, y con el verano a la vuelta de la esquina, los Bomberos advierten de que se prevé que se vuelvan a cerrar parques. En esta ocasión no se trata de ninguna decisión de la plantilla, como ocurrió cuando dejaron de cubrir los servicios extraordinarios en el marco de las protestas por el convenio, sino una medida que adopta la dirección. Y es que la directriz es que no se pueden subir de las 80 horas extraordinarias al año, algo que ya casi todos los efectivos “tenemos consumidas”. Por ello, el parque de O Morrazo lleva ya varios cierres y “se prevé que aquí pase lo mismo”, dicen en referencia a Vilagarcía.
Mientras tanto, los trabajadores de extinción de incendios del Consorcio de Pontevedra (órgano del que forman parte Diputación y Xunta), contemplan con extrañeza que la selección de personal no ha comenzado. Para el conjunto de la provincia hay comprometidas un total de 17 plazas.Lo que reclaman a la dirección es una mejora de las instalaciones, para evitar esas condiciones de trabajo extremas.