Centro Hitos: transformando la alimentación y el control de esfínteres

Centro Hitos: transformando la alimentación y el control de esfínteres
En el Centro Hitos trabajan para ampliar el número de alimentos que los niños son capaces de tolerar. I CEDIDA

Ubicado en la calle Etiopía número 10, frente al centro de salud de Perillo, el Centro Hitos destaca como un espacio especializado en terapia ocupacional infantil. Su misión es mejorar el desarrollo y el desempeño diario de los niños a través del juego. 

 

Se enfocan especialmente en la Integración Sensorial, un proceso neurológico clave en la percepción sensorial, para abordar las dificultades que afectan la vida cotidiana de los niños, como su participación en actividades escolares, de higiene y alimentación. Ya sea que tengan diagnóstico o no, trabajan con cada niño para mejorar su alimentación y el control de esfínteres, brindando atención especializada y personalizada.

 

Trabajar la integración sensorial para favorecer la alimentación

 

La comida es un placer para muchos, pero para algunos niños puede ser un desafío. Los problemas alimentarios pueden originarse por diversas razones, como por ejemplo, las dificultades en el procesamiento sensorial. Comer es una de las tareas sensoriales más complejas a la que un niño se enfrenta día a día. Esto puede generar estrés y agobio en las familias y limitar mucho su día a día, además de provocar carencias nutritivas en el niño. 

 

“Hay niños que solo comen purés o que solo tienen en su dieta dos alimentos sólidos. Hay otros que en su lista de alimentos preferidos tienen solo cuatro alimentos y que no comen nada más. Estamos hablando además de niños que son muy selectivos, a los que solo les vale una marca de un determinado producto: una marca determinada de quesos, de yogurt o de patatas fritas, por ejemplo. Las familias están bastante condicionadas, porque una vez que el envase cambia, los niños rechazan ese alimento. Por lo tanto, si antes comían seis alimentos, uno se ha ido de la lista”, afirma Bárbara Gómez, terapeuta ocupacional y fundadora de Centro Hitos. 

 

En el Centro Hitos trabajan para ampliar el número de alimentos que los niños son capaces de tolerar. Lo realizan a través del juego. Primero trabajan en sala para, posteriormente, jugar con la comida, hacer recetas o realizar batidos con la fruta. Trabajan con una gran variedad de alimentos, entre ellos los habituales, para que las familias después pueden en sus casas seguir las mismas estrategias que en el centro. “Trabajamos con alimentos que sean comunes para cada familia. De nada nos sirve, por ejemplo, trabajar con mango o papaya si en su casa no comen esta fruta. Pero lo que sí hacemos es trabajar con una gran variedad de alimentos, de diferentes texturas y formas que provocan sensaciones diferentes dentro de la boca, unos son crujientes, otros son suaves, otros son líquidos…”, destaca Bárbara Gómez. 

 

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En el Centro Hitos trabajan para ampliar el número de alimentos que los niños son capaces de tolerar. I CEDIDA


Para la profesional es muy importante respetar los tiempos de cada niño. Para facilitar el proceso y hacer que el niño se sienta más cómodo realizan juegos. 

 

“Jamás los presionamos para que coman, queremos conseguir que se sientan cómodos y en un espacio seguro. A partir de ahí, los niños deciden probar. Inicialmente no suelen llevarse los alimentos a la boca, pero sí que empiezan tocando con los dedos y acercándose la comida a los labios. A la vez que trabajamos con los niños, es importante hacerlo de forma conjunta con la familia. Tuvimos un peque que comía muy poca cosa, y los pocos alimentos que comían eran muy blanditos y de fácil masticación. Era una situación muy complicada para los padres. Tenían dificultades para salir a comer hasta a casa de familiares porque no quería comer nada si no era su madre la que le daba la comida, en sus platos y en su casa. Gracias a jugar con la comida la niña está comiendo prácticamente de todo y le apetece probar casi todos los alimentos. Come hasta la fabada”, añade Bárbara. 

 

Control de esfínteres 

 

La tarea de aprender a controlar los esfínteres es a menudo un reto. Un niño con estas dificultades sensoriales puede no notar correctamente la sensación de necesidad de ir al baño, y por lo tanto tienen escapes contínuos. “Trabajamos de la misma manera que con la alimentación. El proceso desde que el alimento entra en la boca hasta que sale en forma de heces es en gran parte un proceso sensorial. Hay niños que no son capaces de gestionar si están llenos o si tienen ganas de ir al baño. Eso les provoca dolor o la necesidad de retener porque han tenido malas experiencias. También hay niños que no tienen nada de control en la zona del esfínter, lo que les provoca escapes. Trabajamos con ellos desde el juego y con el mayor de los respetos, para ir mejorando esa conciencia de dentro y fuera del cuerpo para que sean capaces de tener un buen funcionamiento de este sistema, porque todos los días comemos y todos los días vamos al baño”, añade. 

 

El centro Hitos cuenta con un porcentaje muy alto de niños que cuenta con retención voluntaria de heces. “No quieren ir al baño, no quieren sentarse en el váter, y no soportan la sensación cuando salen los restos fecales. Tenemos que trabajar con mucho tacto para que consigan ser capaces de tolerar todas estas sensaciones y acaben consiguiendo tener el control e ir sin miedo al baño”, destaca. 

 

Ampliación de las instalaciones 

 

Además el centro Hitos está renovando sus instalaciones para ofrecer un servicio todavía mejor. “Hasta la actualidad contábamos con dos salas y un despacho. Vamos a pasar a tener cuatro salas, la sala de alimentación y el despacho”, concluye la fundadora. 

Centro Hitos: transformando la alimentación y el control de esfínteres

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