Cinco niños diagnosticados con VIH al nacer han sorprendido a la comunidad científica al mantener el virus indetectable durante meses después de abandonar su tratamiento antirretroviral. El hallazgo, presentado en un congreso internacional, abre nuevas posibilidades en la búsqueda de una cura funcional pediátrica y destaca el papel clave de la terapia temprana en el control del virus en menores.
En un avance prometedor en la investigación del VIH, un grupo de científicos liderados por el inmunólogo pediátrico Philip Goulder ha observado que cinco niños infectados de VIH al nacer lograron mantener cargas virales indetectables durante meses, incluso tras haber interrumpido el tratamiento antirretroviral. Este resultado supone un hito potencial en la búsqueda de una cura funcional para el VIH.
Estos niños fueron diagnosticados con VIH poco después del nacimiento y comenzaron terapia antirretroviral muy temprana. Más adelante dejaron de acudir a la clínica para recoger sus medicamentos pero, al ser encontrados pasados varios meses—en uno de los casos hasta diecisiete meses después—continuaban en buen estado de salud y sin evidencia de virus detectable en sangre.
La evidencia proviene de un estudio prospectivo realizado en la región de KwaZulu‑Natal, Sudáfrica, dirigido por la Dra. Nomonde Bengu, y en el que colaboró el profesor Philip Goulder desde la Universidad de Oxford. En esta investigación, se examinó la evolución 284 niños que iniciaron terapia antirretroviral combinada muy temprana tras la transmisión del virus de madre a hijo.
Según el artículo publicado en Nature Medicine, 84 por ciento de los menores alcanzó aviremia mientras recibían tratamiento, pero solo 32 por ciento la sostuvo durante al menos 36 meses. Entre ellos, cinco varones mostraron una aviremia sostenida sin medicación durante períodos que oscilaron entre tres y diez meses. Uno de los niños soportó interrupciones intermitentes del tratamiento por más de quince meses sin que el virus reapareciera en sangre.
El análisis inmunológico del estudio reveló que estos niños presentaban virus con menor capacidad replicativa y una alta sensibilidad al interferón tipo I, lo que podría explicar su capacidad para controlar la infección de forma espontánea. Esta situación se asoció con una transmisión in utero del virus en un entorno inmunológico más permisivo para el desarrollo de respuestas antivíricas eficaces, especialmente en varones.
Estos datos fueron presentados también en el congreso de la Sociedad Internacional del Sida celebrado en Kigali, el pasado mes de julio. Según los investigadores, aproximadamente cinco por ciento de los niños tratados durante los primeros seis meses de vida podrían lograr una supresión duradera del reservorio viral.
Durante la presentación de los hallazgos, expertos como el pediatra Alfredo Tagarro, del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid, detalló que aproximadamente cinco por ciento de los niños infectados con VIH que reciben tratamiento antirretroviral durante los primeros seis meses de vida logran suprimir el reservorio viral a niveles prácticamente indetectables.
Según Tagarro, los niños poseen características inmunológicas especiales que aumentan la probabilidad de desarrollar una cura funcional del VIH en esta población antes que en otros grupos.
Así mismo, Mark Cotton, desde la Universidad de Stellenbosch, advirtio de que la ausencia de comorbilidades como hipertensión o problemas renales convierte a los niños en candidatos más idóneos para ensayos de cura.
Las razones inmunológicas podrían incluir diferencias por sexo. Se observa un posible efecto protector en varones debido a una oleada temprana de testosterona (llamada “mini‑pubertad”) que potencia la respuesta antivírica, mientras que las niñas podrían haber recibido un virus transmitido ya adaptado a la inmunidad materna.
Los investigadores avanzan hacia nuevas estrategias que utilizan anticuerpos ampliamente neutralizantes (bNAbs), vacunas terapéuticas, e incluso terapia génica que instruya a las propias células musculares del niño a producir anticuerpos sin necesidad de infusiones repetidas. Los ensayos clínicos combinan terapia antirretroviral, bNAbs y vacunas con el objetivo de aumentar la proporción de niños en remisión prolongada.
Aunque aún no existe una cura definitiva para el VIH, estos casos infantiles representan un avance hacia una cura funcional pediátrica, que además podría ofrecer insights útiles para el tratamiento de adultos.
Desde 2024, 94 por ciento de las personas que reciben antirretrovirales alcanzan supresión viral globalmente, pero esa cifra baja hasta 47 por ciento en niños. La población infantil con VIH se enfrenta barreras como menor detección, accesos limitados a formulaciones amigables con su edad y tasas elevadas de abandono del tratamiento.
El inicio muy temprano del tratamiento antirretroviral puede limitar la formación del reservorio viral y permitir un control prolongado del VIH tras suspender la medicación, aunque sin lograr su eliminación completa.
Ejemplos documentados son:
Los hallazgos de la Dra. Nomonde Bengu y su equipo podrían transformar la concepción del tratamiento infantil del VIH : el inicio precoz de antirretrovirales, en combinación con nuevas terapias inmunológicas, representa la mejor oportunidad hasta ahora para conseguir la eliminación del virus o su control permanente en niños.