La agricultura como método de subsistencia para familias en riesgo de exclusión

La agricultura como método de subsistencia para familias en riesgo de exclusión
Usuarios de la ONG trabajando en las plantaciones de la finca, en especial en el invernadero, que se vuelve “fundamental” en la temporada invernal Gonzalo Salgado

Arousa Solidaria nace hace más de ocho años como un proyecto de agricultura solidaria, con el objetivo de integrar a personas desempleadas en el mundo laboral. Sin embargo, con el paso de los años, la idea se ha ido extendiendo, diversificando sus funciones y aumentando el alcance de sus ayudas, convirtiéndose en una “asociación máis que axuda en todo o que podemos”, tal y como destaca Suso López, presidente de la entidad, aunque aclara que “non somos incompatibles con ningunha outra ONG”.


No por ello han abandonado el proyecto inicial, con el que actualmente trabajan con seis familias, además de contar con cuatro personas voluntarias, que ayudan con las labores de la finca.


Asimismo, la asociación acoge a personas que están realizando trabajos a beneficio de la comunidad, como resultado de una pena. Así, en la actualidad hay dos personas en dicha condición en la finca. Sin embargo, López asegura que esta circunstancia ha creado algunos problemas en la convivencia en anteriores ocasiones, puesto que resulta complejo integrar las diferentes historias de los usuarios de la agrupación, por lo que se están planteando dejar de colaborar con este programa, como medida preventiva para evitar inconvenientes.


El conjunto de la finca tiene unos 7.500 metros cuadrados de extensión, en la que se hace una explotación sostenible de huertos, en los que no utilizan ningún producto químico, donde se cultivan frutas, verduras y hortalizas, para el consumo de estas familias, así como utilizarlo como economía del truque con otras personas que intercambian estos productos por otros que necesitan los usuarios, como por ejemplo, aceite.

De igual manera, la asociación también cuenta con gallinas y un invernadero, que explotan sobre todo en invierno, donde la mayoría de la finca no se puede aprovechar al no ser la temporada de cosecha, sacando así el mayor partido de los productos.


Por otra parte, miembros de la directiva se enorgullecen de haber alcanzado un 70 % de inserción en su segundo ejercicio, unas cifras que aseguran haberse mantenido a lo largo de los años.


Así, el presidente de la asociación asegura sentir “orgullo” ante los índices de integración laboral que presentan —por ejemplo las personas con las que se inició el proyecto están en situación activa en estos momentos— así como en determinados casos concretos, como un joven que vivía en la calle, al que la asociación consiguió un trabajo y una vivienda. Además, la asociación también actúa como intermediario de estas familias y particulares para hacer algún trabajo esporádico.


De hecho, tanto López como Juan Maneiro, psicólogo y miembro de la directiva, señalan que la labor de la entidad ha conseguido que numerosas empresas contacten directamente con la asociación cuando buscan reforzar sus plantillas. En esta línea, afirman que antes de recomendar a una persona, los miembros de la directiva se aseguran de comprobar su “esfuerzo e dedicación” en las labores agrícolas diarias en la finca de la asociación.


Sin embargo, desde la entidad alertan de la problemática actual de crisis e inflación, por lo que esperan un incremento notable en los próximos meses de invierno de “pobres vergonzantes”, que complicará la gestión de la asociación. De igual manera, advierten de un descenso de participación, que repercute en un menor número de voluntarios.


Por ello, Maneiro defiende la necesidad de los miembros de la asociación sin ánimo de lucro de contactar con amistades que, en muchos casos, hacen aportaciones considerables que facilitan su labor, como es el caso de la cesión de la finca de A Golpelleira, donde actualmente desempeñan sus labores agrícolas, muebles donados por parte de particulares o, incluso, un alquiler temporal de un inmueble a coste cero. Además, la entidad cuenta con ayudas de la Diputación de Pontevedra.


Ingresos que, sin embargo, muchas veces se vuelven escasos debido a nuevos contratiempos, como es el caso de los importantes daños y el derrumbe de unos de los tejados del molino y el gallinero, debido a las cuantiosas lluvias de las pasadas semanas. También el robo de animales y maquinaria, que llegaron a sufrir hasta en seis ocasiones y para los que siempre recibieron “grandes axudas de empresas” para regresar a la normalidad. 

La agricultura como método de subsistencia para familias en riesgo de exclusión

Te puede interesar