Aibasa-Peugeot Vilagarcía, 50 años acercando los automóviles al público de a pie

Sus orígenes –en el mismo local de la calle Santa Eulalia en el que se ubica ahora– se remontan a un aserradero de madera en el que se construían autobuses. La democratización de los turismos en los 70 hizo despegar el negocio todavía más
Aibasa-Peugeot Vilagarcía, 50 años acercando los automóviles al público de a pie
La plantilla de “La Peugeot” celebró el 50 aniversario soplando velas | GONZALO SALGADO

Fueron cinco socios y un capital social de cinco millones de pesetas (lo que hoy vienen siendo 30.000 euros) los que en 1974 permitieron el nacimiento de lo que en la actualidad es Aibasa-Peugeot en Vilagarcía. Sin embargo la historia de este establecimiento de la mecánica y la automoción ubicado en pleno centro de la ciudad (en la calle Santa Eulalia) se remonta a años atras. Su germen, su origen, es la empresa José Luis Ibáñez Castro, en esa misma ubicación, y que funcionaba como un aserradero en el que se construían autobuses de madera. Pronto, con las exigencias del mercado, se pasó al metal y también al taller de reparación. “Ahí se fabricaban todas las piezas. Desde cero”, explica la gerente de Aibasa Mari Carmen Galiñanes. 


Fue la revolución del automóvil en España y la necesidad de la población de tener un turismo en propiedad lo que hizo que el negocio despegara todavía más y se fundase con los citados cinco socios un negocio que cumple ahora 50 años. “Simca fue la primera marca que se trabajó aquí. Empezó la venta  de vehículos y siguió el taller. Después Chrysler y luego a la Talbot. Por último Peugeot y fue cuando empezamos a ser conocidos como “La Peugeot””, declara Galiñanes. Apunta que Aibasa se mantuvo en la misma sede y que incluso tuvo una sede en Lalín, con una parte dedicada a la maquinaria agrícola. “Durante años fue un concesionario que llegaba no solo a Vilagarcía, sino a otros puntos de la comarca de O Salnés, a la zona de Padrón y, lo dicho, a Lalín”, incide la gerente. Con un mercado totalmente diferente al de hace 50 años la firma continúa activa y con ganas de seguir cumpliendo más. “Pasamos muchas crisis, la pandemia y ahí seguimos en el mercado”, incide Galiñanes. De aquellos cinco socios que pensaron en la idea de Aibasa en el año 1974 ahora la propiedad es de tres y es “un negocio muy familiar”. Destaca la gerente que “hay gente que estuvo toda su vida trabajando aquí, grandes profesionales y también grandes personas. Pasas tanto tiempo en este sitio que ya son parte de la familia”. Ahora la plantilla –conformada por una veintena de trabajadores– “es joven. La media de edad es de 40 años”, recalca Galiñanes.


Con motivo de tan señalada efeméride los trabajadores de Aibasa soplaron el número 50 en una tarta de cumpleaños que se repartieron entre todos. Porque tampoco todo va a ser trabajar y hay hueco para celebrar. 

Aibasa-Peugeot Vilagarcía, 50 años acercando los automóviles al público de a pie

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