La isla de Cortegada contará con un Plan de Consolidación, para recuperar el antiguo poblado, donde una veintena de viviendas esperan a que llegue la hora de contar sus historias. Será necesario hacer una intervención para que el agua no se cuele por las grietas, así como liberar a las edificaciones de la vegetación que pueda resultar un riesgo.
Es un proyecto para recuperar la memoria etnográfica de una isla que ya es conocida por su belleza natural, pero que guarda todavía muchos secretos por descubrir. Como la vida que se realizaba en una aldea con más de un millar de predios. “En 1952 estaba todo cultivado”, explica José Antonio Fernández Bouzas, director del Parque Nacional Illas Atlánticas, que explicó al conselleiro de Cultura, José López Campos, los detalles de la venta y recuperación de la isla, primero a Alfonso XIII y después a una empresa inmobiliaria.
Las explicaciones de Fernández Bouzas fueron a los pies de un enorme pino con el que también se fotografió el Borbón, en una de las visitas realizadas antes de decantarse por Santander para su palacio. “Queremos propoñelo como árbore senlleira”, apuntó el técnico autonómico.
Pero los siguientes pasos en la biografía de Cortegada pasarán, precisamente, por pasar páginas hacia atrás.
Echar la vista a cuando el hórreo de seis pies que se puede ver en el paseo por el poblado funcionaba a pleno rendimiento y los carros llegaban a la isla para el comercio de los cultivos, por el mismo camino que ahora utilizan los tractores que participan en la obra de rehabilitación de la capilla.
Fernández Bouzas explica que el gran pino “marca o reflexo dunha época”, como también lo hacen los eucaliptos, buena parte de los cuales ya se retiraron, así como otras especies alóctonas. “É unha illa pequena, pero ten a historia de España condensada”, concluye el director de Parques Atlánticos. Por ello, apuestan por la difusión y por mirar a Cortegada desde un punto de vista etnográfico. En ello implicarán a los descendientes de sus antiguos moradores, que plantarán árboles. La recuperación de la romería es otra de las apuestas e incluso piensan en la posibilidad de un festival de cine. Arte para un escenario mágico.