Como cada año, el acceso a A Illa por la PO-307 se convierte en un quebradero de cabeza para visitantes y vecinos, con pronunciados atascos en horas puntas de entrada y salida. Imagen que se ha vuelto a repetir este último fin de semana, con “colas interminables” que el alcalde isleño, Luis Arosa, achaca al controvertido semáforo de A Pantrigueira. Un elemento del tráfico que “non supón ningún problema” en invierno, pero con la llegada de visitantes durante la temporada estival se convierten “no noso peor pesadelo”.

Por ello, el regidor socialista urge a la Xunta a “que se tomen medidas xa”: “Non podemos seguir sendo vítimas dunha decisión ineficaz e dunha falta de vontade política para solucionalo. A Illa de Arousa e a súa xente merecen ser escoitadas e respectadas”, sentenció el alcalde con un contundente comunicado, en el que critica la “inacción” del gobierno gallego, pese a haber mantenido reuniones con la Consellería de Planificación de Infraestruturas “para presentarlles esta situación”.

Única vía de acceso

 La problemática se ha convertido también en un asunto de fricción con el Concello vecino de Vilanova, que se niega a retirar el semáforo y cuyo regidor, Gonzalo Durán, cargó contra su homólogo isleño por llevar el tema al Parlamento de Galicia. No obstante, Arosa subraya que “ninguén que perxudicar aos veciños de Vilanova, pero mentres eles teñen alternativas para a súa mobilidade, nós non, esa é a nosa única vía de entrada e saída”.

Así, hace hincapié en que “as colas interminables que se forman son un problema que afecta directamente á calidade de vida de todos os veciños e visitantes nas horas punta de verán”.

Cabe recordar que el regidor propuso recientemente a la Xunta, como posible solución si no se opta por la retirada, poner en ámbar el semáforo durante las horas puntas, donde las retenciones en carretera son considerables. Unas peticiones que la conselleira, María Martínez Allegue, se comprometió a estudiar, aunque por el momento nada ha cambiado en la ordenación del tráfico en la PO-307.