Vilagarcía se empapa en un baño de multitudes en la popular Festa da Auga

Vilagarcía se empapa en un baño de multitudes en la popular Festa da Auga
fiesta del agua vilagarcia /

No cabía ni un alfiler. Las principales calles del centro de Vilagarcía se quedaron pequeñas para acoger a la multitud de personas que, un año más, no quisieron perderse una de las celebraciones con cuño popular más arraigada de España. Y no es para menos. Las temperaturas acompañaron, así como las fechas, y eso animó mucho a que visitantes llegados de distintos puntos de Galicia no quisieran faltar a su cita arousana.
La oleada de gente que llegó a la ciudad en la tarde del jueves hacía prever las cifras de asistentes de ayer. San Roque salió de la iglesia parroquial con una puntualidad británica y con el tiempo justo para, bailando al ritmo de “que bote, que bote, que bote San Roque”, llegar a la capilla que lleva su mismo nombre. Se siguió la tradición de años anteriores: Una cadena humana protegía la figura y marcaba el camino al que la banda puso la música. Allí, al frente del templo, tocaron el himno que dio paso al pregón. A su fin, se desató la locura. Y es que desde primera hora de la mañana ya eran muchos los que habían decidido mojar al de al lado. Los balcones, incluso aquellos que no están ubicados en la denominada “zona húmida”, se convirtieron en verdaderos arsenales de mangueras, cubos y globos que salían disparados al mínimo despiste a cualquier punto de la calle.
Justo cuando el pregonero lanzó el primer cubo de agua desde la alta grúa los bomberos ubicados en puntos estratégicos de las calles del centro empezaron a regar a todos los asistentes. Este año eran muchos y, en ocasiones, los manguerazos se quedaron cortos para satisfacer la demanda de agua por parte de los asistentes

diferentes ubicaciones
Y es que la Festa da Auga tiene la peculiaridad de desarrollarse en diferentes escenarios del centro urbano. La Praza de Galicia fue el epicentro, al igual que todo el entorno de A Baldosa donde la fiesta había empezado antes de las doce y se prolongó hasta bien pasadas las tres. Y es que había música en todas las esquinas y para todos los gustos. O Castro o la zona de Alexandre Bóveda también contaron con su parte de protagonismo, mientras que los más pequeños de la casa pudieron gozar de una gran fiesta de la espuma y de variedad de hinchables en el entorno de la Praza de Abastos.
Los que conocen la Festa da Auga desde hace años no dudaron en irse a pie a la zona del muelle de O Cavadelo para rematar el chapuzón a lo grande y despidiéndose así de la celebración hasta el año que viene. Por la tarde Vilagarcía se durmió, aunque solo en parte. Los más devotos no quisieron perderse la gran procesión de San Roque que devolvió el santo a la iglesia.

Vilagarcía se empapa en un baño de multitudes en la popular Festa da Auga

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