En un plis plas

migos: “El Dios de la guerra detesta a los que lo vacilan” (Eurípides de Salamina). “Si nunca hubiera habido guerras, nunca hubiese tiranía en el mundo” (Percy Bysshe). “Los gobiernos necesitan ejércitos que los protejan ante súbditos esclavizados y oprimidos” León Tolstoi).
Tanto y tanto se habla de la muerte, de la vejez o de la enfermedad, pero nadie, en su juventud, piensa que se puede hablar de él mismo sino de otros, claro que es la enfermedad de la juventud, que se cura con el tiempo. Si tienes la suerte de sobrepasar esos límites que te hacen pasar en un segundo para ellos de joven a mayor. Cuando un servidor era joven nunca pensé en la trascendencia de la misma, tan sólo vivía el día a día con la tranquilidad que nos da ser joven, sin ataduras sociales, económicas o de cualquier otro tipo, tan solo pensaba en el hoy y el ahora. Poco a poco y con el tiempo esa enfermedad se me fue pasando, que digo poco a poco, en un plis plas, y ahora veo la vida al contrario, cada segundo es un éxito, cada instante un prodigio y cada vida un milagro.
Puede ser por educación porque tu vida fuese una lección que minuto a minuto vas aprendiendo y asimilando para ti, cada palabra de lo aprendido, sin ni siquiera quererlo pero aprendiendo siempre, por la vida es una lección que al final de la misma te examinas tu mismo. E inconscientemente lo piensas y te haces preguntas, muchas preguntas, pero a la mayoría de las cuales no eres sincero contigo mismo, y pones todas las excusas posibles para ser tu el bueno de la serie, aciertas siempre, como cuando copiabas en el colegio, sacabas buenas notas y no tenías ni idea. Digo esto porque la vida no es una mentira, la vida es una realidad, nuestra presencia física influye siempre de una manera u otra a todos los que están a tu alrededor, por tanto tu vida real, no es una mentira, es real, tu vida presencial, la del D.N.I. pero tus pensamientos, tus actitudes, tu manera de expresarte, o de enfocar el presente y sobre todo tus pensamientos reales te pueden llevar a ti y todos los que te rodean a mimetizarse contigo y tomar un camino que puede ser el real o el herrado, entonces aquí viene la gran pregunta.
¿Cuál he de tomar?, imaginaos en un momento a un joven de cada cual, tomar un camino u otro y tomar la decisión de empezar a caminar por el sendero de la vida, con dudas y preguntas sin certezas de lo que quieres y a donde vas, está en juego todo lo aprendido, y no sabes que tu camino es el correcto o no. Estás jugando una ruleta rusa. Para todo ello hay una sola respuesta, toma el camino que tú crees honradamente que es el adecuado, no dudes ni preguntes a nadie, eres tú y solo tú quien lo ha de tomar, para eso has tenido unos años de aprendizaje, vivencias y sobre todo el eco de tu yo, que te hace tomar el camino correcto, que te cuesta trabajo, repite, que te caes, levántate, que dudas, acierta, para todo ello, tienes que hacer una y mil veces, la misma operación, repite, levántate y acierta, ponte un logro un fin, y lucha por el hasta que la sangre reviente tus venas.
No hay mejor reconocimiento a uno mismo que el haberlo intentado con todas tus fuerzas, si lo logras lo primero es la satisfacción personal, no te fíes nunca a no ser de los que te quieren de verdad y tu lo sabes, todo lo demás es una palmadita y detrás un puñal, no te duermas, ni te congeles en el éxito, y tampoco en el fracaso, porque siempre hay varias salidas, la vida te las da, tan solo tienes que seguir caminando y ver la vida como lo que es, un bien que te han regalado tus padres sin pedirlo y tu obligación es vivirla lo más feliz que puedas, llegues o no al final de lo que te propusiste.
Hay una cosa que nadie te va a sacar ya, el haberlo intentado una y mil veces, y ten en cuenta siempre que la vida hasta tu final es un continuo aprendizaje, y ten en cuenta que si eres mayor, cuanto más, mayor aprendizaje, yo diría, que los ancianos no lo son por los años, sino que ya no les caben más enseñanzas y dicen hasta aquí, ahora voy a empezar a preocuparme por mí, aunque generalmente ya es tarde.
De todas maneras, me gusta hablar con la gente mayor, porque siempre se aprende algo. Esperanza, fe, amistad, sabiduría, nunca despreciéis a un anciano, os lleva centenares de años aprendiendo lo que es la vida, y nadie menor que ellos les va a enseñar nada de lo que ya están de vuelta y media, aunque se lo callen, y se lo callan para que sigas aprendiendo mientras caminas, es la ley de la vida, gente que nace, muere, pasa, viene, alguna se queda a tu lado.
La vida es una aventura para vivirla y no malgastarla en tonterías que no llevan a ninguna parte, lo  que de verdad importa siempre son dos cosas, que estés realmente satisfecho de tu vida, y que haya siempre alguien que te recuerde. Siendo así, nunca morirás del todo. Seguiremos con esto.
Un saludo amigos.  Saúde e Terra.

En un plis plas

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