De economía y democracia

n vísperas del 10-N alrededor de doscientos economistas firmaron un manifiesto bajo el título “apuesta desde la izquierda para contribuir a ganar la confianza de la ciudadanía”. 
Y es que con el mantra de que es la derecha la que mejor administra los bienes públicos eran necesarias otras opiniones que, de forma clara y con la autoridad que les da su profesión, dieran a conocer sus propuestas. Y está claro que la mayoría de los españoles rechaza la precariedad en el empleo, la inequidad de los impuestos, la pobreza infantil, el deterioro de os servicios públicos, la discriminación de género. 
En una palabra la justicia distributiva para los ciudadanos más vulnerables. Y hace años ciento setenta y dos economistas de todo el mundo firmaron en la red un manifiesto de apoyo a Unidos Poemos 
Ya conocemos las “mañas” de la derecha en cuanto toca poder: apoyo a la educación privada, derivación del dinero público para “ayudar” a la sanidad privada; permisividad con los poderosos (banca, eléctricas, grandes empresas, los fondos buitre, amnistías fiscales etc.) y ya padecimos los recortes durante la política que pilotaba Rajoy y que, por cierto, uno de sus ejecutores –el vicepresidente Rato–  está en el  “trullo”. 
Y ahora “los ERES” de Andalucía, que apuntan al viejo PSOE de FG, aunque el PP de Gürtel quiera sacar rédito. Aquí no hubo blanqueo ni financiación ilegal del partido. Y aumentan, de manera oficial, el número de corruptos. Me parece que ya es difícil encontrar algo incorrupto como no sea el brazo de Santa Teresa que tenía el dictador en la mesilla de noche. Conocemos la política neoliberal; sabemos lo que es populismo, que algunos llevan con los restos de la gaviota en su nombre y bandera, y  padecimos sus mañas. Y ahora está con VOX que nos quiere llevar a la época de la mujer en casa,  la pierna quebrada y, eso sí, cosiendo.  
La  desprotección del ciudadano frente al poder real, que es el económico. Y es  mucho poder. Hace falta un contrapoder. Los ciudadanos elegimos a nuestros representantes por afinidad ideológica, por estar conformes con su programa, incluso por la posible confianza que nos da al conocer a sus representantes. 
Y en esa batalla aparecen los llamados “jarrones chinos”, los ex. Conviene recordar a Felipe y Aznar a los que echaron los ciudadanos. Y Rajoy el Parlamento por la  corrupción en su partido. 

De economía y democracia

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