Carmen Rodiño, la tatarabuela centenaria de Meis

Carmen Rodiño, la tatarabuela centenaria de Meis

La familia de Carmen Rodiño se reunió ayer en San Martiño de Meis para celebrar con ella uno de sus días más especiales. Y es que cien años no se cumplen todos los días. Todos quisieron estar presentes en una merienda en la que no faltaron las anécdotas y los recuerdos.
Una de sus hijas, Carmen, la más joven, destacó la fortaleza de su madre que, a pesar de tener ya algunos problemas de memoria, se mantiene “moi ben fisicamente”.
Sobre la vida que ha llevado la ya centenaria Carmen Rodiño, aseguró que no fue nada fácil. “Traballou moito para sacarnos adiante”, explicó su hija, quien recordó cómo cuando era joven su progenitora se dedicaba a trabajar en el campo y a vender fruta para poder llevar a casa pan, chocolate o ropa.
De hecho, hasta los ochenta años Carmen Rodiño continuó trabajando en el campo. “Nós berrabamos con ela para que non fose tanto a traballar pero non había maneira. Ela só se sentaba para comer e pouco máis e se eu estaba falando con algunha veciña sempre dicía: Menos leria e a traballar”, cuenta su hija, que admira la fortaleza que siempre ha tenido su madre.
Una de las etapas más difíciles para esta mujer ya centenaria llegó con la Guerra Civil. “Papá marchaba chorando”, explicó Carmen. Y es que la pareja tenía ya tres hijos cuando estalló la contienda y nadie sabía si iba a volver o no con vida del frente. Pero volvió, se casaron y aún tuvieron dos hijos más.
Así, la vida de Carmen Rodiño no fue fácil los primeros años. Su hija recuerda que tuvo que comprarlo todo. “Outra xente que traballa no campo herdaba casas ou fincas pero miña nai tivo que mercalo todo”, explicó. Esta circunstancia complicó todavía más los primeros años de su vida, aunque con su fuerza y valentía consiguió salir airosa de todos los contratiempos que surgieron en el camino.
Quizás lo más duro para esta mujer centenaria ha sido sobrevivir a dos de sus cinco hijos y a su esposo, que falleció con 72 años hace ya tres décadas. “Se papá vivise un pouco máis podían ter disfrutado moito máis a vellez”, aseguró la hija de Carmen Rodiño, quien explicó que la homenajeada tiene también cinco nietos, ocho bisnietos y un tataranieto que va a cumplir tres años.
Así, todas las generaciones se reunieron ayer para celebrar el cumpleaños de esta mujer luchadora que peleó siempre por sacar adelante a su familia.

una mujer muy querida
La hija de Carmen Rodiño aseguró que su madre es una mujer muy querida por todos en la parroquia. “Estaban todos preocupados por se chegaba ós 100 anos. Todo o mundo pedía que puidese chegar a festexar este día”, explicó.
Y así fue. El pasado viernes Carmen Rodiño cumplió cien años y ayer lo celebró rodeada de su familia con una merienda en la que todos sus descendientes la acompañaron para festejar este gran día.
Sin embargo, la meta de Carmen era la de llegar a los 96 años, edad con la que falleció su abuela, a la que ella llamaba cariñosamente “mamá Amalia”. De eso hace ya cuatro años y esta vecina de Meis continúa celebrando cada 25 de octubre su cumpleaños rodeada de sus seres queridos, que ayer se reunieron nuevamente para acompañar a la tatarabuela de la familia en un día tan especial.
La cita sirvió para contar anécdotas, para recordar los viejos tiempos y, sobre todo, para reunir una vez más a todos los descendientes de Carmen Rodiño en una velada muy especial en la que ella fue un año más la gran protagonista.

Carmen Rodiño, la tatarabuela centenaria de Meis

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