Kemegal finaliza tres proyectos con fondos de la Unión Europea y pone las vistas en el mercado asiático

Kemegal finaliza tres proyectos con fondos de la Unión Europea 
y pone las vistas en 
el mercado asiático
Miguel García Miguéns es el gerente de la empresa química Kemegal | gonzalo salgado

A punto de cumplir doce años, la empresa de investigación química Kemegal acaba de finalizar tres importantes proyectos en los que la cooperación con otras firmas y universidades y la mejora de la calidad de vida son las claves. Cuentan todos estos productos con financiación de la Unión Europea y podrían conllevar un paso más para la firma, que ya pone sus vistas en el mercado asiático. Así lo explica el gerente de Kemegal, Miguel García Miguéns. “Tenemos expectativas muy altas en los productos que hemos desarrollado”, asegura. Cuentan para ello con el aval de diversas universidades y de centros como el Laboratorio de Nanotecnología de Braga, uno de los más importantes del continente.El primero de los proyectos, que se encuentran ya en fase de patente, consiste en la eliminación de alérgenos y de microorganismos en empresas alimentarias. Uno de estos productos, que usa bioenzimas para la eliminación de restos de gluten, está teniendo un enorme éxito antes incluso de su presentación.


El segundo está centrado en el sector acuícola, y supone una alternativa a los biocidas tradicionales para reducir la microbiología en las piscinas. “Es un extracto que se puede hasta beber”, apunta García, gratamente satisfecho por los resultados que “mejoran a los del formol”, hoy prohibido por la UE, y que incluso “estimula el sistema inmunológico de los peces”, que son así más resistentes contra todo tipo de patógenos.

El tercer proyecto financiado por la UE tiene un importante impacto ambiental. Al igual que en los otros dos casos, ya que así lo exigen las bases de las ayudas europeas, su desarrollo se llevó a cabo mediante consorcios de empresas. ENCE y diversas universidades participaron en esta investigación, que permitió la revaloración de un residuo que genera el papel, la lignina. “Eliminamos el uso de compuestos derivados del petróleo y reutilizamos un residuo que no tenía finalidad y ahora pasa a la cadena industrial”, explica García, que asegura que este producto es “de una gran importancia ambiental para Galicia”.

Sector vitivinícola
“La química tiene mala prensa, pero es fundamental para mejorar la vida de las personas”, defiende el gerente de Kemegal, empresa que ahora pone sus vistas en el sector vitivinícola. “Estamos dándole vueltas a un proyecto para desarrollar alternativas a los fitosanitarios”, apunta. Por el momento es solo una idea. El futuro de la empresa vilagarciana pasa por proyectos de la mano de firmas líderes en sectores estratégicos, “que validan las soluciones que vamos a desarrollar y que nos posicionan en nichos de mercado”. Hacerse un hueco en el panorama nacional e internacional son los objetivos de un laboratorio que ya es un referente en Galicia, y que nació hace doce años de la mano de dos amigos, Miguel Ángel García y Diego Túñez, que tras coincidir en una empresa en Lalín decidieron dejar sus puestos indefinidos para aventurarse en “generar riqueza” en su tierra

Complicados inicios
Su primera ubicación fue en el polígono de A Laxe, donde alquilaron una nave. “Hicimos toda la instalación nosotros. Prácticamente sin recursos comenzamos a operar. Fuimos al banco a pedir un préstamo y tiramos del paro acumulado. Así comenzamos con la aventura”. Corría el año 2007 y es simbólico, porque un año después empezaría la crisis, que a Kemegal golpeó especialmente en 2012, cuando “muchos clientes cerraron y nos dejaron deudas por el camino”. En la actualidad, la firma cuenta con una plantilla de siete empleados y desde 2011 implantó en su sistema de gestión la responsabilidad social empresarial, con flexibilidad de horarios o el uso de materias primas con bajo impacto ambiental, así como patrocinios como el del Cortegada. “El deporte femenino no tiene los apoyos suficientes, de forma injusta además”, reivindica García Miguéns, que confiesa que “es un orgullo que el AD Cortegada lleve por España nuestra marca. Recibimos más de lo que damos”.

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