El águila que ahuyentaba a las gaviotas de A Toxa

El águila que ahuyentaba a las gaviotas de A Toxa
Diario de Arousa-9999-99-99-999-be1eaf50_1

Cada verano la urbanización Rueiros de A Toxa se encuentra con el mismo problema: La invasión de gaviotas en las zonas comunes. Entre 30 y 40 de este tipo de pájaros se adueñan de las  cinco piscinas y las convierten en su territorio. Excrementos, plumas y su carácter agresivo complican el disfrute de las áreas de esparcimiento. Hartos de esta situación desde hace un par de años, los vecinos decidieron contratar  a un cetrero para que de forma ecológica, pero efectiva ahuyente a las gaviotas durante el periodo estival. 
El cetrero Jose Guizán ha logrado en apenas dos semanas controlar la invasión de las gaviotas. No lo hace solo, claro, a principios de junio le acompañaban cinco ejemplares de Águila  de Harris que fue reduciendo a medida que las gaviotas se dieron cuenta de que ese espacio no les pertenecía. Ahora a punto de acabar el periodo estival, la situación está completamente controlada, pero Guizan advierte que “cando deixen de vernos pola zona volverán a facerse co territorio”. 
La técnica para alejar estas aves de áreas comunes son los vuelos disuasorios. “Ao principio incluso cando me vían pola zona trataban de botarse a min, agora se me ven marchan. É una forma totalmente respetuosa de solventar un problema”, apunta. Se trata de vuelos con acción de caza, el águila ataca a la gaviota si esta persiste en el territorio, pero sin causarle daño en sus órganos vitales. Ahí entra en juego el papel del cetrero, “sacámoslle nós da boca e a gaivota non resulta danada”.
Guizan reconoce que cada vez son más demandados este tipo de servicios y que dependiendo de cada zona, pues el número y la especie a emplear varía. En aeropuertos, en ciudades o en espacios más reducidos, pero el problema sigue siendo el mismo: La proliferación masiva de este tipo de ejemplares.
En el caso de Rueiros, tres vuelos diarios fueron suficientes para resolver un problema que se había convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los propietarios de la urbanización.
Lo mejor de este método es que se practica una metodología natural, que no altera ni el medio ni otras especies, ya que no se utiliza en ningún momento ningún producto químico ni ningún elemento agresivo.
Y es que el objetivo de las rapaces no es cazar, sino dejarse ver en la zona invadida por las gaviotas.
Además de lo respetuoso de este método con el medio ambiente, destaca su económico precio frente a otros métodos que necesitan andamiajes, estructuras o instalar algún tipo de trampa. Otro de los aspectos positivos eses que se actúa solo sobre las gaviotas. En el parque hay mirlos y torcaces. El resto de las especies no se sienten en absoluto amenazadas y continúa con su vida con normalidad. Y las gaviotas no son las únicas aves con las que es eficaz este método. También es aplicable a las palomas. Y no solo en piscina. Es también un buen método para proteger iglesias y patrimonio protegido.
El Águila de Harris combina sociabilidad, inteligencia, agilidad, rapidez reproductiva, adaptabilidad, velocidad... No en vano se los utiliza cada vez más en cetrería, y se han utilizado para funciones tan variadas como espantar a estorninos y gorriones de viñedos en Francia, ahuyentar a palomas en Nuevo México, o a los pájaros en general en los aeropuertos, lo que los convierte en una alternativa alentadora y muy interesante con respecto a los pesticidas, que han causado en ocasiones graves daños al medio ambiente.

El águila que ahuyentaba a las gaviotas de A Toxa

Te puede interesar