Un grupo de buceadores inspeccionan el pecio del mercante Aries en la Ría de Arousa

Un grupo de buceadores inspeccionan el pecio del mercante Aries  en la Ría de Arousa
Diario de Arousa-2015-06-17-009-fe1b946f_1

Cada fin de semana un grupo de buceadores de Naútica Medusa exploran los fondos marinos de la Ría de Arousa. El pasado fin de semana capitaneados por Jorge Martínez exploraron el pecio del carguero Aries, hundido cerca de la Illa de Rúa en 1977.
El “Aries” es un carguero de 47 metros de eslora hundido en el año 1977 tras chocar contra los bajos de As Lobeiras cuando se dirigía A Pobra do Caramiñal con una carga de terrazo procedente de Marruecos. Problemas con el timón y la baja visibilidad hicieron al barco encallar durante una tormenta. El pesquero de Ribeira “San Ramón” logró socorrer a toda la tripulación y no hubo perdidas de vidas humanas.
Su buen estado de conservación lo convierte en una de las inmersiones más solicitadas por los visitantes del centro de buceo. El carguero se encuentra apoyado sobre su quilla en un fondo de arena con una profundidad máxima de 21 metros. Durante la inmersión se recorre todo el perímetro del casco, el castillo de proa, la bodega y el puente de popa, donde se puede ver la antigua bañera y los compartimentos de los camarotes y puente de mando. El “Aries” da cobijo a especies como las nécoras, centollas, sepias, peces, maragotas y fanecas.
No es el único barco, pero sí uno de los que mejor condiciones presentan. El vapor Alejandro descansa también en el fondo de la Ría de Arousa. Este buque carbonero se hundió en 1961 cuando tras embarrancar en la isla de Sálvora. Entre sus inquilinos se encuentran colonias de cnidarios, bogavantes, centollas, nécoras, fanecas, y abundancia de congrios. La profundidad a la que se encuentra, con escasa visibilidad, fuertes corrientes y presencia de restos de artes de pesca hacen que la dificultad de la inmersión sea alta. En el momento del hundimiento se dirigía a Boiro cargado de abono.
En su momento se llegó a vender para desguace, pero la dificultad para recuperarlo del fondo y la bajada brusca de la chatarra hizo que finalmente se quedase en el fondo para poder ser explorado por buceadores.

Un grupo de buceadores inspeccionan el pecio del mercante Aries en la Ría de Arousa

Te puede interesar