Un problema con las piezas de convicción obligó a suspender el juicio que estaba previsto que se celebrase ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña contra dos boirenses, así como otros seis vecinos de Santiago detenidos en el marco de la operación "Copas Rotas", que están acusados de un delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas, principalmente heroína. Concretamente, lo que sucedió fue que faltaban piezas de convicción de uno de los acusados, concretamente algunos de los efectos que fueron incautados en el registro realizado el 16 de marzo de 2017 en el domicilio en Cabo de Cruz (Boiro) de Francisco Javier Alonso Viturro, como eran una libreta o agenda con las anotaciones de las transacciones realizadas, una hoja con anotaciones contables o de facturación derivadas de la venta de estupefacientes y cuatro teléfonos móviles. Ayer se apuntaba que debieron de quedar en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Santiago, que instruyó la causa.
Según pudo saber este periódico, Francisco Javier Alonso, para el que la Fiscalía solicita seis años de cárcel, -mientras que para los otros siete pide cuatro años de privación de libertad-, fue condenado en septiembre de 2014 a tres años y medio de prisión por un delito similar, pero esa pena estaba en suspenso en la fecha de la comisión de los hechos que iban a ser enjuiciados ayer. El otro boirense, estuvo privado de libertad por esta causa entre el 15 de marzo y el 21 de abril de 2017. La Fiscalía le pide 6 años de cárcel al primero de ellos, debido a la agravante de reincidencia, y 4 años de privación de libertada para cada uno de los otros siete, y el pago de multas de 7.879 euros. Se trata de una causa que se inició tras conocer la Policía Nacional el aumento en la afluencia de toxicómanos en A Trisca, en el barrio compostelano de Belvís, en la capital gallega, algo que se sospechó que estaba vinculado con un punto de venta de estupefacientes.
Las investigaciones determinaron que tanto los dos boirenses como los otros seis acusados se dedicaban a la venta de drogas, al menos, entre junio de 2016 y marzo de 2017. El Ministerio Público señala en su escrito de conclusiones provisionales que uno de los procesados, M.F.D., se desplazaba con periodicidad semanal, en compañía de otro acusado S.F.J., hasta Boiro, donde concertaba citas con E.L.L., que presuntamente les abastecía de heroína que vendían en Santiago, según indica el Ministerio Público. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, uno de esos encuentros tuvo lugar el 13 de marzo de 2017 cerca de la playa de Carragueiros, donde se produjo el intercambio de droga por dinero.
En el trayecto de vuelta a Santiago, la Policía Nacional interceptó el coche en que iban M.F.D. y S.F.J, que llevaban 54,862 gramos de heroína con purezas del 23,63% y 27,34%, 0,976 gramos de cocaína con pureza del 82,1%, 0,896 gramos de cannabis, 10 unidades de metadona de 30 miligramos, además de 185 euros que portaban ambos y que se sospecha que procedía de la referida actividad ilícita. Luego, se realizaron registros en sus domicilios y se encontraron dos básculas de precisión, recortes plásticos preparados para repartir las dosis y 81 pastillas de metadona, dos teléfonos móviles usados para la venta de estupefacientes. La droga intervenida suma un valor de 30.084 euros.
En la entrada y registro al domicilio de E.L.L. efectuados el 15 de marzo de 2017 se incautaron dos bolsitas plásticas con 19,935 gramos de heroína con purezas del 23,43% y 24,27, una agenda con anotaciones de las transacciones de droga realizadas por el acusado, material para la elaboración de las dosis de estupefacientes y 2.410 euros, procedentes de las ganancias de la actividad ilícita y que estaban escondidos en varias dependencias del domicilio.
Los investigadores apuntan a que M.F.D. también recibía puntualmente droga del boirense Francisco Javier Alonso Viturro, que supuestamente le ofrecía heroína a cambio de probarla y determinar su calidad. El 16 de marzo de 2017 se realizó un registro en su domicilio y se halló una libreta con anotaciones de las transacciones hechas, una hoja con anotaciones contables derivadas de ellas, cuatro teléfonos móviles y 200 euros en billetes fraccionados. l