Los operarios de la empresa subcontratada por Unión Fenosa para reponer el cableado eléctrico entre los centros de transformación del polígono, se llevaron ayer una desagradable sorpresa.
Tras una pausa veraniega en los trabajos, la subcontrata volvió ayer al parque empresarial con intención de retomar las tareas y los operarios pudieron comprobar que faltaban las bobinas en cuatro transformadores, de los 19 que están instalados en el parque y que han sido causa de controversia entre Concello y compensantes, al asegurar la administración local que carecían de la pertinente licencia que debe otorgar Industria.
Cada uno de estos transformadores oculta tras sus puertas tres bobinas, con un peso aproximado de cien kilos cada una. A última hora de la mañana de ayer, los operarios habían comporbado que faltaban al menos doce bobinas.
Al parecer, el elevado peso de cada una de ellas requiere la presencia de varias personas para su transporte. Pero ese no fue el único inconveniente que tuvieron que superar los ladrones de cobre.
Y es que cada transformador acoge un sistema especial de cerrado que dificulta el acceso al interior. Una vez forzada la puerta, cada bobina está provista de un complejo sistema de tornillería que la ancla a la estructura.
Todo ello, según indican expertos en temas eléctricos, implica horas de trabajo para poder liberar cada una de las bobinas.
Las personas que sustrajeron el cobre, por tanto, debieron tomarse su tiempo para hacerse con el preciado metal.
Todo parece indicar que destinaron más de una noche veraniega a la sustracción del cobre.
Y es que cabe recordar que el polígono industrial, de propiedad privada, no ha sido todavía recepcionado por el Concello de Sanxenxo y carece de alumbrado público. El cableado de las farolas instaladas ha sido también sustraído y aunque el Concello adjudicó ya la reposición de lo robado, la empresa adjudicataria de los trabajos ha solicitado un aplazamiento hasta el mes de septiembre para iniciar la reposición, argumentando precisamente la falta de energía eléctrica para poder hacer frente a estas tareas.
El polígono industrial carece también de vigilancia. Ni Policía Local ni Guardia Civil patrullan habitualmente por el urbanizado SU 15, precisamente por tratarse de un ámbito de carácter privado. La vigilancia de este suelo había sido solicitada hace ya años, cuando comenzaron a registrarse los primeros robos, por los propietarios del suelo, pero no llegó a materializarse.
Los robos en el polígono industrial han sido una constante desde que Bruesa paralizó las obras de urbanización y el polígono ha quedado sumido en una especie de abandono del que parece que le cuesta salir. n