La obra de Ramón María del Valle-Inclán, la pluma vilanovesa más internacional, ya es de dominio público. La Biblioteca Nacional la ha incluido en la lista de 377 autores cuyas obras pasan a estar libres de derechos en este 2017, al superarse los 80 años de su fallecimiento.
Generalmente, el periodo en el que la obra de un escritor o creador permanece sujeta a derechos de autor es de 70 años con posterioridad a su fallecimiento, según la legislación española. No obstante, el plazo se amplía a ocho décadas en el caso de los fallecidos antes de diciembre de 1987. Durante el tiempo de protección, las obras están sujetas a derechos que perciben herederos o poseedores de estos títulos.
La situación cambia ahora para el caso de la obra del inventor del esperpento, ya que cualquiera puede utilizar libremente sus textos, incluso con fines comerciales, una vez concluido el periodo de protección.
La Biblioteca Nacional estuvo trabajando estos meses en la selección y digitalización de textos del vilanovés y de los otros más de 300 creadores, que ahora puede difundirse libremente, en virtud a lo estipulado en la Ley de Propiedad Intelectual.
Este proceso de digitalización se remonta a varios años atrás, pero es especialmente intensa con el número de títulos que pasan a dominio público en 2017. Esto se debe a que en el 1936, esas ocho décadas atrás, se vivió el estallido de la Guerra Civil, con la muerte violenta de varios de los autores que ahora se recuerdan. Así, junto a Valle-Inclán, pasan a dominio público, entre muchos otros, las obras de Lorca, Unamuno, Pedro Muñoz Seca, Maeztu y pintores, fotógrafos, arquitectos, políticos, religiosos, militares y un abultado número de creadores.
Además de ofrecer la obra digitalizada de todos ellos de forma libre, la Biblioteca Nacional tiene previsto presentar, a lo largo de 2017, un portal dedicado a escritores ligados a la literatura española, en el que también se incluirá un espacio dedicado a los creadores fallecidos en el 1936, a respecto de sus vidas y obras.
El proceso de selección y digitalización de estos títulos por la Biblioteca Nacional contó con el asesoramiento de José Carlos Mainer, catedrático de la Universidad de Zaragoza.