En 1955, la capital del albariño era escenario del nacimiento de Ramón Cacabelos García y ayer, 57 años después, el mundo asistía a la presentación de uno de sus mayores logros y un hito en la historia de la medicina. Su ambición investigadora en el campo de las enfermedades neurodegenerativas ha permitido el diseño de la primera vacuna preventiva y terapéutica del Alzheimer, la EB-101, que podría empezar a comercializarse dentro de una década.

El cambadés ha liderado el equipo de científicos que está retando a la enfermedad del olvido desde su Centro de Investigación Biomédica EuroEspes y con muy buenas expectativas de futuro. Y es que los ensayos realizados en ratones transgénicos evidencian la capacidad de la vacuna de prevenir el mal. Según su estudio, los animales inmunizados no lo desarrollaron ni sufrieron los problemas de salud que habían puesto punto y final a ensayos anteriores. Pero hay más, porque en los roedores que ya presentaban síntomas antes de aplicarle la vacuna, se logró reducir la evolución de la enfermedad, deteniendo el proceso degenerativo, y se redujeron de manera “espectacular” los rasgos que caracterizan al cerebro del enfermo.

El Alzheimer es una enfermedad incurable y hereditaria que se diagnostica a una persona en el mundo cada cuatro segundos pero con los avances del equipo de Cacabelos se abre la vía de la prevención y de incrementar la esperanza de vida y mejorar la de quienes ya la padecen. Pero también por dignidad de los pacientes pues, según él, es el mal “que más daña nuestra dignidad como seres humanos”. Aunque, el doctor hablaba ayer desde la prudencia, indicando que solo sería válida en el 40% o 50% de los casos y tampoco está de acuerdo con una administración indiscriminada. “No sería partidario nunca en la enfermedad del Alzheimer que, aunque saquemos un fármaco o vacuna aparentemente buena, se dé a granel”. De hecho, la propuesta es su aplicación a los 35 años en el caso de personas en riesgo, por motivos genéticos o hereditarios, y a los 45 en el resto.

Con todo, la última palabra la tendrán los ensayos clínicos con seres humanos y EuroEspes está negociando ya con diversas multinacionales para realizarlos. Este proceso podría prolongarse entre ocho y diez años y, de ser favorables, se pondría en el mercado.

inquietudes

La EB-101 resulta de años de investigación. De hecho, hace ya algún tiempo que se presentó en sociedad aunque ha sido ahora cuando ha obtenido la patente en Estados Unidos. Pero también de la mente inquieta de Cacabelos, con formación médica en la Facultad de Oviedo pero que se fue al otro lado del mundo (Japón) a indagar en las enfermedades neurodegenerativas. A la vuelta, su puesto como profesor universitario no cumplía con sus expectativas y fundó EuroEpes.

Un nacimiento del que los cambadeses también pueden sentirse orgullosos pues, según desvelaba el diario El País en una información de 1995, “recurrió a sus amigos y sus paisanos de Cambados” para reunir los 10 millones de pesetas con los que puso en marcha este centro pionero en España. De hecho, él siempre se acuerda de aquellos socios fundadores, mismo en su discurso por el décimo aniversario de la institución.