“No es que me crea inocente. Soy inocente”. Tras una hora de declaración ante la jueza y la Fiscalía, el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey, salía ayer del Juzgado de Instrucción Número 1 de la villa “satisfecho” porque considera que su declaración ayudará a dejar “meridianamente claro que no tuve ninguna participación” en el pago con dinero público de una sanción de 600 euros por el polémico edificio de la calle Real. Al considerar que la multa debía pagarla el regidor a título personal y no las arcas municipales, se le acusa de un supuesto delito de malversación que podría terminar en la suspensión de su cargo.
Pero el primer edil insiste en que él ni firmó ese pago, porque “no me encontraba ni en España en ese momento”, “ni di orden a nadie” para este abono, “ni tenía conocimiento, ni di consentimiento para el pago de esa multa”, reiteró sobre lo manifestado ya en los últimos días.
A la vista de su declaración, la jueza deberá emitir un auto en los próximos días en el que se confirmará si abre o no juicio oral contra Rey. Pero él, en lo político, lo tiene claro: “Habrá lista (electoral) encabezada por Juan Manuel Rey, pase lo que pase”.
La defensa del alcalde consiguió que la jueza admitiese una relación de jurisprudencia “favorable a nuestra tesis”, así como la toma de declaración a tres testigos presentados por el regidor: La interventora, Susana Escaloni; el tesorero, José Manuel Salgado; y el que en el momento del polémico pago era teniente de alcalde, José Blanco Magariños.
Los tres subrayaron que no recibieron órdenes del primer edil para realizar tal transacción económica, avalando la tesis del propio Rey.

"pesadilla"
El dirigente socialista espera que todo ello “sea suficiente para terminar con esta pesadilla”, insistiendo en que su responsabilidad “es cero. No existió nunca, ni habrá manera de demostrarlo”.
La otra cuestión que planea en este caso, quién debería haber puesto el dinero para hacer frente a ese pago, “no se trató” ayer, aunque el regidor insistió estos días en su inocencia, al valorar como impensable comprometer sus responsabilidades políticas por 600 euros.