El servicio de socorrismo se inició este domingo en cinco playas de Ribeira y las primeras incidencias e intervenciones de los socorristas. Ocurrieron en la playa de O Vilar pero, contrariamente a lo que se pueda pensar, no se trató de rescates. Lo más llamativo tuvo lugar antes de la seis de la tarde cuando dos mujeres jóvenes procedentes de una localidad del margen sur de la Ría de Arousa llamaron la atención de los socorristas en relación a que un grupo de cinco individuos les estuvieron haciendo fotografías sin su permiso mientras tomaban el sol.
Las muchachas a las que les estaban haciendo fotos fueron alertadas de esa circunstancia por otros bañistas que se encontraban en las inmediaciones y fue entonces cuando les recriminaron su acción. Incluso, una de ellas le cogió el teléfono móvil a uno de esos ciudadanos y empezó a borrar las fotos en las que aparecían ambas. También llamaron la atención de los socorristas que regresaban de recorrer la playa y, ante esa situación, fue cuando esos profesionales contratados por el Ayuntamiento ribeirense para velar por la seguridad de los bañistas decidieron avisar a la Policía Local. Una de las patrullas de agentes municipales se personó en el lugar y sus integrantes se entrevistaron con las afectadas, aunque los hombres que habían provocado esa situación ya se habían marchado.
Previamente, las muchachas llamaron al número de teléfono 016, que atiende consultas y solicitudes de información y ayuda frente a todas las formas de violencia contra la mujer, en donde les aconsejaron que les hicieran fotografías a ellos para seguir con los procedimientos, algo que hicieron de inmediato. Además, mientras llegaban los policías locales, los socorristas invitaron a la jóvenes bañistas fotografiadas a que les acompañaran hasta su caseta para alejarlas de quienes las estuvieron retratando e intentar que se tranquilizasen.
Por otro lado, una hora antes se registró una incidencia en la zona de la orilla de ese mismo arenal. Eras un momento en el que había bastante oleaje y una joven se estaba tirando hacia las olas, y una de las más grandes la acabó tumbando y la muchacha se golpeó la cabeza contra la arena. Unas personas que estaban a su alrededor solicitaron la ayuda de los socorristas debido a que sangraba bastante por la nariz y a que estaba sufriendo mareos. Los socorristas le prestaron una primera asistencia y luego la cogieron y, poniéndose cada uno de ellos a una lado de la víctima, la subieron hasta la caseta, donde la tumbaron en una camilla y empezaron a proporcionarle la asistencia que precisaba, y consiguieron que se recuperase.