La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela, dictó ayer una sentencia de conformidad por la que le impone al pobrense Manuel Simil Rivas, de 32 años, una condena de tres años de prisión al considerarlo autor de un delito de lesiones a otra persona, y a su inhabilitación para el ejercicio del sufragio pasivo por el mismo tiempo de la pena. De este modo, el procesado verá incrementada su permanencia en la cárcel, después de que hace unos días, la misma sala le impuso una condena de cinco años por un delito de tentativa de homicidio por la brutal paliza que le propinó a un hostelero de la villa pobrense.
El tribunal consideró probado que Manuel Simil fue la persona que a las nueve de la noche del 8 de enero de 2009 accedió a un local hostelero del casco urbano de A Pobra y se dirigió a F.J.T.T., al que intimidó para que le invitara a una consumición, a lo cual accedió, pero le recriminó al ahora condenado el excesivo importe de la cuenta, “momento en el que el acusado reaccionó con gran excitación, furia y violencia, procediendo a agarrarlo fuertemente de los brazos, al tiempo que le decía ‘vamos para fuera y lo solucionamos’ y que en cuanto pusiera un pie fuera del local lo iba a matar”, sostuvo el Ministerio Fiscal. Se consideró probado que el acusado aprovechó que la víctima le dio la espalda para marcharse y evitar la confrontación y le rompió una botella de cerveza en la cabeza, dejando a F.J.T.T. desorientado y sin poder defenderse. La Fiscalía sostuvo en su escrito de acusación que el acusado logró tirarlo al duelo estrellándola cabeza de la víctima contra el tablero de una mesa del pub, fracturándosela. Luego, se sentó sobre su espalda, inmovilizándolo para seguir golpeándolo fuertemente en al cabeza; para después levantarlo y arrastrarlo hasta el exterior del local, donde le propinó patadas y cabezazos por todo el cuerpo hasta que “se cansó” y se marchó. Le causó un traumatismo craneo facial, fracturas malares y de pirámide nasal, heridas en cara y hematomas en al órbita derecha.
Simil regresó al mismo local dos horas después con un cuchillo de grandes dimensiones, por lo que se alertó a la Benemérita, que al llegar el incautó el arma blanca y lo detuvo. La reacción del agresor fue la de increpar e insultar a los agentes, diciendo que iba a morir y romperse la cabeza contra el cristal del coche patrulla, algo que cumplió. Sus improperios los dirigió en estado de excitación - motivo por el que fue fuertemente reducido- con expresiones del tipo “de uniforme eres muy valiente, me quedo con tu cara, tú no sabes quién soy yo, conozco a gente del Grapo, te vas a acordar de mi, niñato, tú no vas a durar dos días, que me quedo con tu cara”. En las dependencias policiales mantuvo el mismo comportamiento, llegando a decir “hoy me voy a morir y os vais a comer el marrón”.