Un grupo “violento” dedicado al “trapicheo” de drogas

22 de julio de 2010. La Festa do Carneiro ó Espeto estaba al caer y “Lucho” se había encargado de divulgar que tenía “material” para surtir a los consumidores de sustancias estupefacientes. Varios testigos y la propia Guardia Civil explicaron ayer que “se comentaba que Lucho tenía cierta cantidad de hachís escondida en el monte”, pero nunca llegaron a encontrarla. Su perfil, dijo el jefe de la investigación, “no era el de un gran narcotraficante”, sino que se dedicaba “al menudeo. Se iba buscando la vida poco a poco”. En ese círculo del tráfico a pequeña escala es en el que se movía junto a los cuatro acusados. De echo, Adrián Ferro apuntó como posible móvil del asesinato, una supuesta deuda de alrededor de 8.000 euros que Enrique mantenía con Borja.
Jesús Piñeiro reconoce que es consumidor habitual de sustancias. Adrián y sus amigos Esteban y Rubén se reunían con frecuencia en la Carballeira de Troáns a “fumar unos porros”. Esteban y la exnovia de Ferro, Sara, afirmaron ayer que Adrián “movía droga” (cocaína y hachís) para Borja, pero tanto este como Héctor niegan cualquier relación con las drogas. La Guardia Civil lo rebate y sostiene que todos se relacionan con lo mismo”. De ahí que la hipótesis del ajuste de cuentas sea la más plausible para explicar el asesinato de “Lucho”.
En este grupo de A Pontenova nadie era un desconocido para las fuerzas de seguridad. Adrián y Borja, viejos conocidos del instituto, ya habían protagonizado juntos alguna “andanza”. El estradense fue con condenado en 2009 por allanamiento de morada, “un hecho delictivo violento; un ajuste de cuentas en el que participaron Borja, Adrián y alguien más”, relató el capitán que dirigó la investigación tras la muerte de Enrique Monteagudo. En el atestado de aquellos hechos, se señala que “un tal Ferro” había ayudado a Borja. Adrián, por su parte, ya fuera detenido en un episodio en el que “tuvo que ser reducido por la fuerza. Agredió a dos policías locales de A Estrada y a dos cuardias civiles y eso demuestra su carácter violento y agresivo”, dijo también el capitán del Instituto Armado. En cuanto a Héctor, en el momento de los hechos regentaba en A Estrada un bar en el que “intervino muchas veces la Guardia Civil. Constan diligencias administrativas de denuncias” sobre trapicheo de sustancias en el local. El jefe de la investigación concluye que “el grupo en sí es violento” y que “el miedo que se puedan tener es recíproco” .
En relación a estos “negocios” de los acusados, Rubén y Esteban contaron que en una visita al piso de Borja comprobaron que tenía marihuana. El estradense, desde su silla, negaba con la cabeza estas afirmaciones. La jueza tuvo que llamarle al orden y advertirle con desalojarlo de la sala cuando se puso a aplaudir durante la declaración de Sara, la exnovia de Adrián, que rompió a llorar. Esta contó que “Adrián me dijo que Borja le amenazó con hacerme algo a mí o a su madre”. n

Un grupo “violento” dedicado al “trapicheo” de drogas

Te puede interesar