Muchos recordarán –los conspiranoicos seguro que la tienen como referencia– a la viróloga china que huyó del país asiático y se refugió en Estados Unidos después de advertir de la peligrosidad del coronavirus. Desde la relativa seguridad que le da que no se conozca su paradero, Li-Meng Yan promete ahora que mostrará pruebas de que el Covid-19 salió de un laboratorio de Wuhan. Su información, según dice, será comprensible incluso para los que no tengan conocimiento alguno de biología y dejará fuera de dudas la procedencia del virus. Después de lanzar una bomba así, mejor que no espere mucho para dar a conocer al mundo esas pruebas, que nunca se sabe cuándo puede uno tener un accidente. Sobre todo si ese uno es enemigo de un gobierno “peculiar”.