ser el último turista en llegar a la localidad peruana de Aguas Calientes a mediados de marzo, justo antes del confinamiento por coronavirus, y quedarte atrapado durante siete meses es una situación complicada de sobrellevar. Pero tiene contrapartidas como la de que el Ministerio de Cultura del país te regale una visita exclusiva a las ruinas de la ciudad de Machu Picchu. Todo el complejo arqueológico ha abierto de forma excepcional solo para Jesse Katayama, un japonés, de 26 años, que ya puede volver a casa con una historia de película y un sueño cumplido. FOTO: las ruinas de la ciudad de machu picchu | aec