La vida es el primer derecho

Acatamos la sentencia del Constitucional por imperativo legal. ¿De qué van los seis señores del Constitucional? ¿Acaso la vida no es el primer derecho fundamental? Pues eso fue lo que hizo el gobierno, como todos los demás del mundo. La alarma fue aprobada con los votos a favor los grupos de Vox y PP. Luego Vox denunció que la alarma era ilegal, por lo que cabe pensar que alguien le dio esperanzas de ganarlo en el Constitucional. La idea del estado de excepción para afrontar la pandemia no se sostiene porque es un trámite más largo y luego corta en el tiempo, duración máxima dos meses, además priva de más derechos fundamentales.


La Constitución, según expertos, prevé que en casos de pandemia, tiene cobertura legal, lo que no entendieron los seis magistrales. Su sentencia sobre el estado de excepción habría miles de muertos muertes a lo largo de año y medio y lo que te rondaré morena. Muy celosos se hicieron ahora esos seis magistrados con los derechos fundamentales, pero el TC no admite recursos por derechos fundamentales y corrupción cuando lo plantea un concejal de un pueblo como yo puedo probar. El alto tribunal está tan alto que no ve a los de abajo. No se entiende cómo estos tribunos, que no son elegidos por el pueblo como hacían hace más de dos mil años los romanos, no son capaces de ponerse de acuerdo como si las leyes no fueran igual para todos, como tanto cacarean los cínicos. No estamos en la Edad Media, por lo que sabemos valorar las justas e injustas sentencias. Da impresión que les vence la ideología, dado la intifada que tienen las derechas contra el legítimo presidente del gobierno dándole oxígeno a Vox, de donde partió la denuncia, cuándo fueron los principales contaminadores con sus mítines como el de Vista Alegre, que además de haber votado a favor fueron los primeros en pedir el estado de alarma el 12 y 14 de marzo del años pasado. Mientras las leyes sean interpretativas, cabe toda opinión ideológica. Para que esto no ocurra habrá que reducir leyes de privilegio y enredo, hacer otras más claras igual que el libro de instrucciones que obliguen a aplicarlo si quieres que funcione el aparato. Sánchez, asesorado por los científicos, llevó el decreto de estado de alarma al parlamento siendo aprobado por la mayoría del legislador, evitando con ello más muertes por el covid 19. A estas alturas de dictar esa sentencia debieran saber que cuando hay confinamiento bajan los contagios y muertos. Pero los detractores pululan por todos los rincones de poder, liándola sin aportar soluciones. La división de poderes es la cantinela de los manipuladores culpables de que no haya tal separación. Los jueces tienen tanta independencia como los políticos siempre que no pinchen en hueso. La prueba está en las distintas formas de aplicar las leyes ante el toque de queda y de y confinamiento en las distintas Comunidades Autónomas. Hay jueces del sí y los del no. Seis magistrados votaron a favor de dicha sentencia y cinco votaron en contra y hay votos particulares.


Si los acuerdos votados por mayoría en el parlamento no valen luego, ¿quieren legislar los jueces? ¿Por qué no sentenciaron a favor del acuerdo parlamentario? Esta sentencia alienta a las derechas para calentar el ambiente y abre la puerta a una cascada de reclamaciones para acabar de atascar los ya saturados juzgados. Si la alarma creen que no se adaptará a derecho, ¿por qué no sentaron jurisprudencia para amparar decisión del legislador y del gobierno?


La política de Sánchez, como la de cualquier otro, es manifiestamente mejorable, pero a Casado el alcanzar el poder le lleva a decir tonterías, como que Sánchez nombró a dedo a ministros haciendo una escabechina cuando un poseedor de un master como él debe saber que lo mismo hizo Suárez, González, Aznar, Zapatero, Rajoy y los que vengan. Porque así lo dicen las leyes en democracia. 

La vida es el primer derecho

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