Alegría y nervios en el viaje de la esperanza de Merchi Álvarez hacia Seúl

Alegría y nervios en el viaje de la esperanza de Merchi Álvarez hacia Seúl
Merchi Álvarez en su casa de Castrelo y junto a su familia antes de partir hacia Corea | Gonzalo Salgado

Rodeada de su familia, Merchi Álvarez emprendió ayer el viaje de su vida en busca de un tratamiento contra la atrofia muscular espinal (AME) que contrajo allá por 2015 y que la tiene postrada en una silla de ruedas sin movilidad en las extremidades.


Con una radiante sonrisa que disimulaba las ojeras de una noche en duermevela, esta luchadora cambadesa se despidió a primera hora de la mañana de ayer de sus hijos y de sus padres, su apoyo en todo momento, para emprender un largo viaje hasta Corea para recibir el único tratamiento existente en el mundo que puede mitigar los efectos de esta enfermedad.


Un cambio de última hora motivó que el desplazamiento no fuese el inicialmente previsto, aunque ello no supuso ningún contratiempo. La propia Merchi Álvarez explicaba que desde Castrelo iría en coche hasta Oporto, donde cogería un avión con destino a la ciudad alemana de Frankfurt, donde debía hacer escala y de ahí iría en otro vuelo directamente hacia Seúl.


No viaja sola, su cuidadora y enfermera va con ella para atenderla en todo momento y velar por su salud, además de sentirse más cómoda y segura con una persona de confianza a su lado.


Estaba previsto, si se cumplen todos los horarios, que aterrizara hoy alrededor de la una de la tarde en el aeropuerto de Seúl. Una vez allí cogería un taxi e iría directamente al hospital donde ya la estarían esperando, incluso con un intérprete para que todo salga a la perfección.


Permanecerá ingresada en el complejo hospitalario durante cuatro días, el tiempo que necesita para recibir el tratamiento de la esperanza. Sin embargo, no podrá regresar de forma inmediata, ya que tendrá que permanecer en una residencia unos días más para guardar la cuarentena obligatoria con motivo de la pandemia, por lo que hasta finales de septiembre, el día 28 si se cumplen los plazos, no estará de nuevo con los suyos.

Y tampoco será su último viaje a Corea, ya que deberá regresar al hospital de Seúl en unas cinco semanas aproximadamente para recibir una segunda tanda de su tratamiento, que puede ser determinante, ya que a partir de ahí podrían atisbarse los primeros avances en la movilidad.


Ese paso será muy importante, puesto que después tendría una tercera sesión para completar la pauta destinada a facilitar la movilidad de sus brazos y de sus piernas.

Ayer se sentía eufórica por momentos, ya que llegaba la hora de recibir un tratamiento por el que tanto luchó y al mismo tiempo nerviosa y temerosa por lo que podría suceder.


Merchi reconoció que no durmió demasiado y entre flash y flash de los fotógrafos inmortalizando su partida hacia la capital coreana, admitió que no sabía expresar con palabras cómo se sentía, pero sí se la veía emocionada por el trajín del viaje.

Alegría y nervios en el viaje de la esperanza de Merchi Álvarez hacia Seúl

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