Antes de pandemia, las concejalías o consejerías en materia de turismo se afanaban en su mayor parte por poner en marcha fórmulas para alentar la llegada de más visitantes. Hoy, la imagen es otra. Gestionar el turismo es jugar con una población que, como en O Grove, multiplica por cinco o seis la habitual. Y sostener al tiempo la red de servicios básicos. Sí, cabe reflexionar el modelo.