El resultado del test de drogas de la primera ministra finlandesa es negativo. ¿Qué va a ser lo próximo, paparazzi que acechen cuando tire la basura, por si no recicla? Porque todo apunta a que ahora que han olido la sangre, unos cuantos no tienen intención de soltar la presa. A esos seguro que les clarea un poco más el pelo en la coronilla y les ha aumentado cuatro centímetros la barriga del disgusto. Pobrecillos, lo que les tiene que escocer verse superados por una mujer –joven y guapa, para mayor agravio– que disfruta de su tiempo libre como le viene en gana. Y que es capaz de demostrar una templanza y una dignidad que ya quisieran muchos cuando se planta ante el mundo a dar unas explicaciones que no merecemos, porque aunque queramos desdibujarlos a nuestro antojo, todavía hay límites. A esos a los que les sale la ranciedad por las entretelas solo podemos desearles muchos momentos de envidia y muchas mujeres en cargos de poder que viven felices.