Parecía que no habría Galaicoi, pero los colectivos tomaron el papel del Ayuntamiento y organizaron la tradicional romería. Faltaban los romanos, pero los castrexos cambreses se echaron este fin de semana a la calle con sus enseñas, armas y escudos tradicionales, bañados todos ellos en el entusiasmo de quien sabe que ha tenido que remar para lograr un gran objetivo.