entre nosotros, un poquito feucho sí que queda dar un paseo en pleno centro de la ciudad y comprobar que la naturaleza se hace valer, no solamente en los jardines (que para eso están) sino en las propias baldosas, rendijas, grietas y bordillos. Lo curioso del caso es que ves a la empresa encargada de recortar el césped de las medianas, como ocurrió ayer en pleno Paseo Marítimo, pero los mismos operarios viendo los hierbajos que crecen en el bordillo de la mediana, ni los tocan. Ni siquiera les pasan la desbrozadora de paso que recortan los entornos de los árboles. Así que allá vamos con la pregunta de rigor. “Perdone, ¿cuál es el motivo de que no limpien las hierbas que nacen fuera de sitio?” El jardinero rápido y veloz respondió: “Eso no lo podemos tocar, es otro contrato. Orden de la empresa”. Da igual que sea en pleno escaparate de la ciudad o en cualquier barrio, si no hay ‘guita’, hierba al canto.