Vándalos, sí; y recatados, también

Vándalos, sí; y recatados, también

Como el vandalismo no está reñido con el recato, a la sirena del Matadero (la estatua, decimos, no es que nos estemos refiriendo a una experta nadadora), alguien ha tenido a bien cubrirla con la parte superior de un bikini. Y ha completado el look con unas gafas de sol, para que el efecto de turista sea completo. Es eso o que algún buen samaritano se haya encontrado los enseres (pérdidas más raras se han visto) y esto haya sido el equivalente a dejar en la escalera del edificio el calcetín caído por el patio de luces.

Vándalos, sí; y recatados, también

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