El viaje en transporte público desde Vilagarcía hasta Ribeira resulta imposible por lo descabellado de los horarios. Para empezar, quizá porque no hay demanda, no hay un autobús directo entre ambas ciudades, por lo que es preciso hacer escala en Padrón. Esto indica que el viajero que parta desde la capital arousana debe aguardar a que llegue el autocar que viene de O Grove y desplazarse hasta la localidad padronesa y esperar allí a que llegue otro procedente de Santiago y dirigirse después a la capital barbanzana en un peregrinaje que dura tres horas a las que hay que sumar otras tres para el regreso. Ante este panorama es lógico que nadie se interese por este desplazamiento, aunque quizá sí por el transporte marítimo, que sería una opción para vertebrar de una vez por todas ambas orillas de la Ría.