La evolución de la pandemia le ha echado una mano a Djokovic, que ya no tendrá que renunciar a los grandes torneos a cambio de mantener su cuerpo libre de vacunas contra el coronavirus. La relajación de las restricciones en Francia, que elimina la obligatoriedad del certificado covid en recintos cerrados y estadios deportivos, le abre las puertas de Roland Garros y del Masters 1000 de Montecarlo. Eso sí, que no espere el calor del público. De sus rivales, recibirá corrección, por suerte para él, son suficientemente educados como para no retirarle el saludo.