Joan Subirats es el ministro de Universidad. Pero, además, el podemita también es un secesionista convencido al que, por cierto, no le importa lo más mínimo cobrar un pastizal de ese estado represor que en otra época denunciaba. El caso es que Subirats asegura que no existe ningún problema con el castellano en las universidades catalanas, por mucho que haya trascendido la persecución a la que se somete a los docentes que utilizan el español en sus clases. Se podría decir que Subirats tiene razón, no hay problema con el castellano porque no se puede utilizar, o, al menos, eso es lo que pretenden los suyos.