Advierten que Dieste respalda a los infractores de Cimadevila, que luego solicitarán el voto para el PP

Residentes en Cimadevila advierten que el alcalde, Juan José Dieste, respalda con su dejación de funciones a los presuntos infractores medioambientales a los que están denunciando desde hace semanas. Añaden que “a esos caciquillos los veremos ahora pidiendo el voto para el PP en las elecciones”, precisando que “a cambio de ello no pagan nada, y todo ilegal”. Esos vecinos califican de “indignante” que se “persiga” a los talleres de chapa y pintura de la localidad, teniendo que notificar su actividad potencialmente contaminadora, a pagar tasas medioambientales al Concello y enviar la declaración de información del consumo de envases de pintura a Industria, y “a esos otros que casi viven dentro del consistorio, manejando el cotarro municipal a lo caciquillo, no pagan nada ni rinden cuentas a nadie”, señalaron.

Alguno vecinos que acudieron a un taller a reparar la carrocería y pintura indicaron que cuenta con dos cabinas en la parte trasera de la nave pegada al río, pero que al intentar localizarlas en el mapa web de catastro “quedamos atónitos, pues no aparecen, con lo que se entiende que no paga por ello”. Añaden que “esa zona oculta al catastro sería el aprovechamiento de la gran rampa que conecta el primer piso con la parte baja del taller, donde se ubica una de las dos cabina de pintura, aseos, zona privada de los trabajadores y el almacén de pinturas. Estaríamos hablando de 76 metros cuadrados medidos por satélite. La otra cabina es fruto de una ampliación de la nave  principal que lleva ahí toda la vida, con unos 70 metros cuadrados”.

Los denunciantes no se explican la situación y dicen que mientras los satélites americanos fotografían las cabinas de pintura desde la órbita terrestre baja, “al dron recaudador del catastro español, que hace días nos sobrevoló a escasos metros del suelo, se le debió apagar la lente en ese punto”. Afirman que es una “burla” a los que pagaron por gallineros y cobertizos localizados por el dron, con multas y recargos de 4 años, y otros nada”. Advierten que esas cabinas de pintura “no están dadas de alta en el registro de talleres, y su funcionamiento técnico es que el polvillo generado por la pistola de pintado queda en el suelo, evacuado con agua a un circuito que se presume que debería ir al alcantarillado con tratamiento previo, pagando al Concello una tasa por contaminación en esa red, y supervisado por el área local de Medio Ambiente que dirige Dieste, pero no paga nada”. l