Las conversaciones entre los grupos municipales y los vecinos y comerciantes sobre las condiciones de funcionamiento de las calles peatonales en Ribeira avanzan y se acercan posturas, cuando hasta hace poco estaban muy separadas. Pero, hay un aspecto en el que por ahora no convergen las posturas: los lectores de matrículas. El alcalde está convencido de que tienen su parte positiva pues, además de regular que vehículos acceden, dotan a la zona de mayor seguridad. Aunque su planteamiento es que se aprovechen las dos horas de carga y descarga que se establecerán a última hora de la mañana y otras tantas al final de la tarde para facilitar el acceso -no una circulación normal-, Manuel Ruiz la decisión final la tomarán el martes en una reunión entre todos los grupos municipales.
Residentes y responsables de negocios insisten en que los lectores de matrículas deben ser eliminados en el tramo de la Rúa de Galicia que quedó marginado y con menos vida respecto a otras zonas y que necesitan motivas de alguna manera a la gente para que baya a comprar “e as cámaras os disuaden de entrar a esta rúa”, dijo su portavoz, Argimiro Moraña. Estos afectados, que son favorables a la peatonalización, están satisfechos del paso que dieron al poder explicarles sus problemas a los que tienen que tomar las decisiones y que les comprendieran.
Indican que su calle tiene particularidades, por el tipo de negocios, que deben tenerse en cuenta para permitir el acceso “cando sexa necesario”, como dejar o recoger mercancía de gran tamaño o a una persona de edad avanzada o con movilidad reducida. Señalan que es mejor que ese acceso de un número determinado de vehículos sea escalonado durante el día y no se concentre en 4 horas, lo que creen que sería contraproducente al causar saturación. Piden parkings express, dejando en manos de técnicos que decidan el número y ubicaciones.
En lo que si parecen estar de acuerdo es en que la entrada se haga por la Praza de Compostela y se salga por Cristóbal Colón, descartándose por completo que se acceda desde O Malecón, pues se considera que la ciudadanía tiene perfectamente asumido que Rosalía de Castro y el tramo de la Rúa de Galicia hasta la iglesia sea peatonal, y no conviene cambiarlo.